1
10
231
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/841ba000edb96840889c304fc21f20d9.png
ff4e970dd7d8bb823bb91a2deaa0e220
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Libros y dossieres sobre el mundo árabe
Libro
Textos publicados como libros de ficción o no ficción.
Editorial
Catarata
País
España
Enlace
<a href="http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/1065" target="_blank">http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/1065</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿ Qué queda de las revueltas árabes?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
David Perejil (ed.), Naomí Ramírez Díaz, Ricard González, Laura Jiménez Varo, Diego García Represa, Reem Khalifa, Laura Fernández Palomo, Daniel Iriarte y Javier Martín (Prólogo)
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
09/2015
Source
A related resource from which the described resource is derived
Editorial Catarata
Description
An account of the resource
La irrupción de las revueltas árabes, que inundó los medios de comunicación hace cuatro años, parece haber desaparecido por las guerras y ataques yihadistas de 2015. En palabras del prologuista Javier Martín, “las primaveras árabes han revelado que los actuales problemas de justicia social no pueden resolverse con las viejas fórmulas que dominaron la política del siglo pasado, como las de apoyar dictaduras (Egipto) o desencadenar guerras (Libia). Es más, la frustración creada por el fracaso de esas revoluciones ha acelerado los procesos de radicalización (como el arraigo del Estado Islámico) y demostrado lo necesario y urgente que es el fin de ese siglo XX”. Entender lo que sucede desde Rabat a Bagdad es, cada vez más, un asunto local de un mundo interconectado, como comprobamos cuando nos alcanzan las consecuencias de los conflictos. Sin atención a las voces locales, sus testimonios y "un coactivismo en pie de igualdad", como acierta en señalar Santiago Alba Rico, nos arriesgamos a reforzar elecciones indeseables: yihadistas, dictaduras o intervenciones militares. ¿Qué queda de las revueltas árabes? es un libro de reportajes sobre Túnez, Egipto, Libia, Siria, Bahréin, Jordania, Palestina y Turquía que pretende registrar el cambio de visión de 2011, cuando “por primera vez, el Norte miró al Sur con cierto respeto” (Leila Nachawati). Y lo hace acercando el foco a los activistas para, desde sus aciertos y errores, abrir el plano a otras miradas, de políticos y expertos, y trazar algunas claves de un mundo árabe en transformación.
Mundo árabe
Primavera Árabe
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/325bfaec30761a3142f94762a312ec21.pdf
b3a2b488bf61396d6968b17ec32b1a3c
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Libros y dossieres sobre el mundo árabe
Hemeroteca o monográfico
Enlace
<a href="http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/web/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/mediterraneo+y+mundo+arabe/ari31-2011" target="_blank">http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/web/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/mediterraneo+y+mundo+arabe/ari31-2011</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Democracia árabe? Una presencia que se abre paso más allá del espejismo (ARI)
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Carlos Varona Narvión
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
10/02/2011
Source
A related resource from which the described resource is derived
Real Instituto Elcano
Description
An account of the resource
Artículo de opinión sobre la representatividad de la "Primavera árabe" de una ola de democracia en el mundo árabe.
Democracia
Mundo árabe
Primavera Árabe
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/ab9f13891bb9744b0b4660341895f4a5.pdf
9dbebcfe62302796279a34bb67c1e4da
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Artículos y noticias sobre el Mundo Árabe.
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Enlace
<a href="https://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/25/actualidad/1406283706_721485.html" target="_blank">https://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/25/actualidad/1406283706_721485.html</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿En nombre de Omar o de Ali?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Ángeles Espinosa
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
27/07/2014
Source
A related resource from which the described resource is derived
El País
Description
An account of the resource
La movilización chií frente a la insurgencia suní resucita la amenaza de la guerra sectaria en Irak
Arabia Saudí
Chiitas
Irak
Irán
Islam
Opinión
Siria
Sunnitas
-
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
<strong>Recursos textuales sobre el mundo árabe.</strong>
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Texto original
Diez años después de la invasión de Irak, supuestamente llamada a llevar la democracia y la modernidad a Oriente Medio, vimos en los televisores asombrosas imágenes que parecían la versión moderna de Lawrence de Arabia; sólo que no era ficción, era la realidad. En vez de caravanas de camellos y cargas de caballería árabe dirigidas por Omar Shariff, veíamos largas columnas de vehículos todoterreno serpenteando por el desierto, a menudo humvees norteamericanos arrebatados al ejército iraquí, cargados de combatientes fuertemente armados, con ametralladoras kalashnikov y lanzagranadas, agitando banderas negras caligrafiadas con versículos del Corán que recordaban las banderas de los bucaneros del siglo XVII.
Viendo la inesperada, veloz y fulminante marcha de conquista del desierto en humvees, tuve la vaga sensación de un dejà vu: ¿a qué me recordaba (además de a Lawrence de Arabia)? ¿Cuándo se había visto algo parecido por última vez? Quizá en los primeros compases de la II Guerra Mundial, cuando los motorizados ejércitos alemanes conquistaron media Europa en cuestión de semanas: era la blitzkrieg, que sólo se frenó cuando la Royal Air Force frustró la invasión de las islas británicas. De parecida manera, además, el avance irresistible del Estado Islámico (ISIS) se detuvo cuando el presidente sirio Bashar Asad dejó claro que de ninguna manera se fugaría, sino que resistiría en el poder, apoyado por Rusia, contra todos los ejércitos sublevados de la «oposición democrática». Grupos financiados y armados por Arabia Saudí y los Estados Unidos y que, en su mayoría, fueron fagocitados por ISIS (según cuenta el prestigioso corresponsal Patrick Cockburn en el libro ISIS, el retorno de la Yihad).
Las primeras noticias y rumores sobre la crueldad con que los conquistadores imponían la ley islámica en las poblaciones de las que se adueñaban también recordaban la época del nazismo. Pero es casi un tópico del pensamiento la identificación de cada mal absoluto con la Alemania de Hitler. ¿Está justificado en este caso? ¿Puede compararse a ISIS con el nazismo? ¿El islamismo extremo, o el islamismo a secas -ya que no se conoce uno moderado- es el nuevo III Reich?
La guerra que el Califato ha declarado a todos los infieles, ateos y «politeístas» del mundo se parecerá poco a la guerra que enfrentó a un Eje de regímenes totalitarios contra una coalición de aliados democráticos. El nuevo enfrentamiento entre un totalitarismo absolutista y las democracias occidentales no durará seis años, sino que se alargará, según numerosos analistas, décadas, y se librará en diferentes y sucesivos campos de batalla de todo el mundo, que incluyen las ciudades europeas. El final es incierto.
Para algunos, especialmente los descendientes de las víctimas de la Shoah, suena a frivolidad e incluso indecencia la comparación de cualquier cosa con aquello; no hay crimen político ni régimen tan abyecto que pueda compararse con la eliminación sistemática y racional de judíos y gitanos en los campos de exterminio. Sin embargo, organizaciones judías han sido las primeras en alertar de la semejanza entre ambos movimientos.
Valores típicamente nazis como la glorificación de la muerte heroica, o como el Führerprincip (principio de la jefatura), o la Volksgemeinschaft (comunidad del pueblo en una sola alma mística, por la que merece la pena morir) se encuentran, muy parecidos, en el islamismo. ¿Es disparatada la comparación con los crímenes sádicos de una patrulla de matarifes a la orilla del mar, o comparar la Wehrmacht con un ejército de aluvión de locos de dios? ¿Qué relación tiene, al margen de las mutuas, interesadas simpatías entre Hitler y algunos líderes musulmanes, el movimiento nacionalista alemán, nihilista y materialista, con el espiritualismo internacionalista de los muyahidines que se inmolan causando una matanza mientras aúllan que Alá es grande?
Tanto el proyecto de la Alemania nazi como el de ISIS se proyectan invasiva, expansivamente. El III Reich, por Europa, en reclamación de un «espacio vital» para el pueblo alemán, espacio que quiere encontrar en las tierras del Este, rusas y polacas, cuyas poblaciones, racialmente inferiores, deben ser primero severamente purgadas y luego reducidas a mano de obra para las tareas más elementales de la agricultura y la industria. En su afán de conquista, el islamismo va más lejos, porque aspira al sometimiento del mundo entero a la ley coránica. «La luna creciente mahometana responde a una divisa latina: donec impleat orbem, hasta que la luna esté llena», subraya a PAPEL el filósofo y lingüista francés Philippe-Joseph Salazar. «Es decir, convertir, destruir y someter hasta que la media luna del Islam sea la luna llena que cubra la tierra entera».
Ambos totalitarismos se caracterizan por un asombroso nivel de violencia, tanto en el campo de batalla como en la retaguardia, aunque en esto ni están solos ni carecen de precedentes históricos.
Ambos atribuyen una importancia grande a la conformación de una cultura ejemplar y depurada, a la guerra cultural y a la escenificación pública de sus victorias en este campo; si el Estado hitleriano prohibió diferentes disciplinas científicas, organizó piras con las obras literarias de autores judíos o indeseables, definió la correcta línea estética para las artes y organizó exposiciones para denigrar la pintura decadente, el islamismo prohíbe la representación plástica de los seres humanos y los animales, porque imitan la obra del creador -lo que es blasfemo- y pueden inducir a la idolatría; los budas milenarios de Afganistán, los templos de Palmira, cualquier vestigio de tiempos infieles, están de más.
Ambos sistemas tienen en cuenta la dimensión ritual de sus comparecencias públicas, con escenografías cuidadosamente estetizadas para cada evento público, sean desfiles, asambleas, ejecuciones o comparecencias del líder: figura expresiva, nerviosa y teatral la del Führer; solemne, sobria, hierática la del Califa.
Ambos disponen de un omnipresente aparato de agitación y propaganda que a los incrédulos les puede parecer repugnante pero resulta extremadamente eficaz y seductor para las masas a las que se dirige. Los dos emplearon la vanguardia audiovisual tecnológica de sus épocas para propagar sus mensajes -el cine o, ahora, el vídeo en las redes sociales- y crearon sus propios medios de comunicación, como las revistas Signal y Dabiq.
Ambos atribuyen a la mujer una función social subalterna como responsable de la intendencia doméstica y sumisa proveedora de progenie, aunque el régimen nazi no contemplaba la poligamia ni la lapidación de la adúltera ni obligaba a las mujeres a ir envueltas de la cabeza a los pies en sacos negros.
Ambos justifican su belicosidad y su derecho a una revancha severa en un agravio histórico territorial y moral previo: para el islamismo, esa afrenta abarca de las Cruzadas medievales y la expulsión de Al Andalus al colonialismo del siglo XIX, el apoyo de Occidente a las tiranías más corruptas y decadentes de Oriente Medio y al Estado de Israel, y la miseria irredenta de sus poblaciones, de la que responsabiliza a la perfidia extranjera. Para el III Reich, la humillación del tratado de Versalles, la sustracción de Alsacia y Lorena y otras amputaciones del territorio nacional, las indemnizaciones multimillonarias exigidas a Alemania por los vencedores y la miseria del pueblo durante la república de Weimar.
Hay también diferencias que saltan a la vista. Philippe-Joseph Salazar apunta, por ejemplo, que el Califa Abu Bakr al-Bagdadi, líder de ISIS, no ha suscitado un culto a la personalidad igual al que el aparato de propaganda nazi orquestó en torno a Hitler. Si Hitler se presentaba como heredero de guerreros victoriosos como Federico el Grande y Bismarck, «la influencia de Al-Bagdadi es califal, es decir, habiendo restaurado la justa sucesión de Mahoma, inspira respeto, es un guía espiritual», declara. Salazar, autor de Palabras armadas: entender y combatir la propaganda terrorista (ensayo que analiza la propaganda de ISIS y cuya edición en árabe será lanzada en Beirut en 2017), también cree que las estructuras de los movimientos militares son disímiles: «La aristocracia militar del ISIS es de carácter republicano: los jefes son castigados como los soldados y un tema favorito de los yihadistas es la 'igualdad fraterna' que les une, sin distinción de raza, de color, de origen social, de lengua, lo cual tiene una enorme importancia en el reclutamiento. La llamada del Califato a los fieles para que se le unan en el combate es una llamada igualitaria como respuesta a un mensaje espiritual».
Filósofo, autor de una veintena de ensayos y ex ministro de Educación del Gobierno francés entre 2002 y 2004, Luc Ferry sostiene en cambio que «el islamismo fanático es el nazismo de nuestro tiempo». Sin ambages, señala rasgos coincidentes en una entrevista con Actualité Juive: «A diferencia de la neutralidad característica del laicismo, islamismo y nazismo son ideologías desbordantes de sentido y de promesas, lo cual en este mundo nuestro, que anhela un ideal y una esperanza, proporciona una gran ventaja». Nazismo e islamismo también comparten el rasgo vertebral del odio a los valores de la Ilustración: «El romanticismo alemán detestaba el individualismo y consideraba que el hombre sólo era hombre entre sus congéneres. Un individuo, un ser humano, es un miembro de una comunidad. En ISIS encontramos este mismo odio a la Europa de las Luces, y en concreto este odio a Francia, porque Francia es el Estado laico por excelencia».
Por motivos obvios, es en el espacio francófono donde más analistas han señalado las similitudes entre el modo de ser y de operar entre el III Reich e ISIS; por ejemplo Richard Prasquier, presidente del consejo representativo de las instituciones judías de Francia (CRIF), que el 7 de octubre pasado advirtió al presidente francés François Hollande que «ser indulgente con el islamismo radical es ser indulgente con el nazismo». No se trata, según Prasquier, de comparar la magnitud de los crímenes cometidos -pues en su opinión «los de los nazis son insuperados en la historia de la Humanidad»- sino la doctrina que conduce a ellos, la ideología, una concepción del mundo en la que es preciso culminar la obra exigida por la divinidad o por la Historia aniquilando a los enemigos.
Prasquier señala dos afinidades sustanciales entre el nazismo y lo que él llama «islamismo radical» y otros prefieren designar como salafismo yihadista. En primer lugar, el antisemitismo: «Es un componente esencial de las dos ideologías», aunque en un caso se trate del antisemitismo histórico europeo -tan alemán como francés, español, inglés o ruso- que el partido nazi llevó a su apoteosis paroxística, y en el otro caso tenga su origen discursivo en el Corán, la palabra de Dios.
La otra afinidad, a su entender aún más significativa, es la deshumanización del otro y su reducción a la condición animal. Para los nazis, los judíos eran cucarachas, ratas, piojos o «bacilos de la tuberculosis incrustados en el pulmón alemán» (extracto del Mein Kampf). Himmler hablaba del difícil trabajo de los SS frente a los judíos, a los que un ignorante, un desinformado, podía tomar por seres humanos. Para los islamistas radicales, los judíos y los cristianos son «bastardos de simios», de cerdos, como aparecen reiteradamente en el libro sagrado, de asnos o de perros.
El mensaje es idéntico: a pesar del aspecto relativamente humano que tenga el enemigo, de humano sólo tiene la apariencia. Sus crías tampoco son humanas; y tal como los nazis podían hacer estallar la cabeza de los bebés contra los árboles para ahorrarse una bala, según el testimonio de Primo Levi en Si esto es un hombre, un yihadista como Mohamed Merah, ciudadano francés de origen argelino que en 2012 perpetró los atentados de Montauban y Toulouse, pudo sin objeciones de conciencia disparar a bocajarro contra la cabeza de un niño de cuatro años.
El narrador argelino en lengua francesa Boualem Sansal habla de estos paralelismos en libros como La aldea del alemán y el recientemente publicado en España 2084. El fin del mundo (Seix Barral). En esta novela, presentada recientemente en el Institut Français de Barcelona, presagia -con una tonalidad por cierto mucho más sombría que Michel Houellebecq en Sumisión- el dominio del Islam sobre el mundo y el fin de la democracia y de los valores que han constituido la Europa desde las Luces.
En conversación con PAPEL, Sansal afirma que la afinidad entre nazismo e islamismo se le apareció «muy pronto». «En mi adolescencia, en los años 60-70, el descubrimiento de 1984 de George Orwell me abrió los ojos sobre el funcionamiento de las ideologías totalitarias. También me parecía extraño y repulsivo que mi país, que había luchado por su independencia y el progreso social, profesase tal admiración por la Alemania hitleriana, por el nazismo, por Hitler. Descubría con disgusto el discurso islámico de la época: estaba tan lleno de odio contra los judíos, contra los cristianos, contra Occidente, contra la democracia, la modernidad, etcétera. Cuando a principio de los años 80 descubrí en los altiplanos argelinos aquel pueblecito en que vivía un alemán que se decía que había sido un SS [tema de su novela El pueblo del alemán], se produjo en mí una luz: empecé a estudiar seriamente estos temas, el nazismo, el islamismo, la dictadura, y rápidamente me ganó el pesimismo».
Sansal detecta «demasiadas analogías entre ayer y hoy», y prevé que llegará el día en que se produzca «la articulación entre todas estas ideologías y entonces, bajo la dirección del islamismo, experimentaremos algo peor que lo que el mundo ha conocido con el nazismo y el fascismo, y luego con el estalinismo y el maoísmo».
Para acabar esta especulación comparativa, le pedí a Sansal y a Salazar su opinión sobre el viraje reciente de Turquía: los últimos movimientos de Tayyp Erdogan para liquidar la tradición laicista instaurada por Kemal Ataturk, desmantelar a la oposición, encarcelar a los disidentes y convertir Turquía en otro Estado Islámico. A Sansal no le ha sorprendido:
- En absoluto. A lo largo de los siglos el islamismo ha desarrollado diferentes estrategias para conquistar el poder y retenerlo definitivamente. En Turquía ha encontrado una vía original y eficaz. Erdogan aplica un programa con continuidad y mucho éxito, que comprende cuatro etapas: primero, tranquilizar al ejército turco y a Europa; segundo, ampliar la base social cultural y política del AKP; tercero, aislar a la élite turca occidentalizada del pueblo; cuarto, concentrar el poder en las manos de un solo jefe. Todo se ha cumplido, y la próxima etapa, cuando las condiciones regionales sean favorables, será decretar el Califato y operar la reunificación del mundo musulmán sunita.
Salazar subraya, por su parte, que el presidente turco ha dicho que «el Islam moderado no existe», y concluye: «Con eso todo está dicho. Que cada uno saque su propia conclusión».
Otro rasgo autodestructivo que comparten el Califato y el Tercer Reich es la facilidad con que su impetuosa agresividad les empujó temerariamente a desafiar a demasiados enemigos a la vez; el segundo frente que Hitler abrió en el verano de 1941, invadiendo la URSS, y que determinó su derrota, prefigura el anunciado final a medio plazo del ISIS. La beligerancia exasperada de los islamistas y los brutales atentados terroristas que patrocinan en todo el mundo han retraído a los países que los amparaban y unido en contra suya a todos los demás, incluidas las superpotencias norteamericana y rusa, en una alianza improvisada, recelosa y disfuncional pero que no cejará hasta aniquilar por completo sus estructuras y poner a toda su dirección fuera de combate, como se hizo con la corte nazi al final de la Segunda Guerra Mundial.
Pero, a diferencia de lo sucedido en Europa a partir de la rendición de Alemania, donde los juicios de Nuremberg, la desnazificación y la sostenida vigilancia posterior han hecho imposible el renacimiento de la ideología nazi, la ideología que sostiene ISIS será imposible de erradicar. Salazar opina que la guerra actual no es sino el estadio preliminar de un conflicto que encontrará otros teatros de operaciones por los que ya se va extendiendo: «Cuando Mosul caiga, el centro del Califato se desplazará. El Califa de hecho ya ha reorganizado su alto mando introduciendo nuevos jefes procedentes de otras partes del mundo que no son Oriente Medio ni Francia. Está preparando la continuación. El Califato es una ideología planetaria: que Mosul caiga poco importa, la ideología seguirá siendo poderosa, tanto por su redespliegue territorial (África, Asia) como por su permanencia de propaganda en internet».
Enlace
<a href="http://www.elmundo.es/papel/historias/2016/11/01/58133882468aeb05568b45c8.html" target="_blank">http://www.elmundo.es/papel/historias/2016/11/01/58133882468aeb05568b45c8.html</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Es el yihadismo el nuevo nazismo?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Ignacio Vidal-Folch
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
02/11/2016
Source
A related resource from which the described resource is derived
Diario El Mundo
Description
An account of the resource
Artículo en el que se comparan eovolución y prácticas del ISIS con las del partido nazi, contextualizando ambos fenómenos.
Daesh
Nazismo
Yihad
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/7d0c6c0942c3fda2d22308be5a55d102.jpg
fb809878e1feef28d2ff95f2c0195910
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Libros y dossieres sobre el mundo árabe
Libro
Textos publicados como libros de ficción o no ficción.
Enlace
<a href="http://www.claveintelectual.com/titulos/por-que-se-rebelan/" target="_blank">http://www.claveintelectual.com/titulos/por-que-se-rebelan/</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Por qué se rebelan?: Revoluciones y contrarrevoluciones en el mundo árabe
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Sami Naïr
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2013
Source
A related resource from which the described resource is derived
Editorial Clave Intelectual
Description
An account of the resource
Sinopsis:
¿Se acabó la «primavera árabe»? Pregunta legítima pues ayer se nos presentaba bajo el rostro de millares de jóvenes que desafiaban pacíficamente a las dictaduras y conseguían derribarlas en nombre de valores seculares y modernos. Hoy, salen de las urnas mayorías religiosas conservadoras y proyectos de sociedad venidos de otra época. ¿Qué pasó? Sami Naïr, en este ensayo, analiza y explica esta aparente contradicción, basándose en un conocimiento profundo de las sociedades implicadas, siempre con un enfoque que mezcla historia, política y cultura. Demuestra por qué y cómo estos levantamientos democráticos acabaron en victoria del islamismo político y explora las revoluciones desde Túnez a Yemen, pasando por Egipto, Siria, Libia, y, al mismo tiempo, explica las mutaciones en marcha en Marruecos, Argelia, Arabia Saudí y las revueltas en el Sahel. Desde este amplio panorama, elabora un modelo de interpretación del terremoto histórico que está trastornando el sur y el este del Mediterráneo
Mundo árabe
Primavera Árabe
-
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
<strong>Recursos textuales sobre el mundo árabe.</strong>
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Texto original
Se teme legítimamente el avance del islam radical y del yihadismo en los países del Magreb. Bien saben las autoridades europeas que la desestabilización de estos países, sobre todo Argelia y Marruecos, puede producir un choque catastrófico sobre la frontera norte del Mediterráneo y generar problemas insolubles de acogida de inmigrantes. Lo que pasa en Siria, tanto como en Irak, demuestra la magnitud del reto potencial respecto de los refugiados y, como consecuencia, de la reacción negativa de las poblaciones europeas.
Sin embargo, este temor oculta, en los dos grandes países del Magreb, la gravedad de la situación social y económica. El paro, tradicional en las capas populares sin cobertura social, se ha extendido desde 2008 a las capas medias; las reducciones drásticas de subvenciones a los productos de consumo básicos (aceite, pan, harina, arroz, leche), la desagregación de los servicios públicos (hospitales, escuelas), pese a, al menos en Argelia, una política de subvención estatal; la corrupción generalizada, el bloqueo de la movilidad social para los jóvenes que llegan a un estrecho mercado de trabajo y la imposibilidad de crear condiciones de transformación democrática del sistema político generan una desesperanza existencial que empuja a la gente a emigrar a cualquier precio. De ahí que en estas últimas décadas, varios millones de personas hayan salido de Marruecos en busca de una vida mejor en Europa o en otros continentes. Argelia, cuya cuenca migratoria se había reducido desde los años ochenta, vuelve desde 2008 a registrar una importante emigración. La ausencia de perspectiva de mejora de la situación política, el control férreo por parte del Ejército de la transición post-Buteflika, la caída de ingresos del petróleo y el cese de remesas por parte de los inmigrantes argelinos de Francia socavan la situación social. Sólo este año, según varias fuentes, se calcula que más de 250.000 personas han intentado salir ilegalmente del país. En España, las llegadas de argelinos aumentan significativamente.
Además, los dos países del Magreb afrontan una fuerte presión migratoria procedente del África subsahariana. Las redes mafiosas, que controlan en el desierto el mercado de seres humanos, de drogas y de mercancías de contrabando y que se extienden desde Marruecos a Libia y Egipto, haciendo de Argelia y Túnez puntos clave del tránsito hacia Europa, son los principales vectores, paradójicamente, de alivio social para poderes políticos incapaces de aportar soluciones de vida diaria a sus poblaciones. En realidad, tanto en Argelia como en Marruecos, el problema central no es el del yihadismo (está globalmente bajo control militar y policial), sino la exclusión social y política de la gran mayoría de la población. Es aquí donde estriba el verdadero peligro de explosión sistémica del Magreb, cuya brecha se abrió en 2010 en Túnez. Una situación cuando menos increíble cuando estos tres países, hermanos en todos los sentidos de la palabra, podrían, cooperando mutuamente, ofrecer un gran porvenir a sus pueblos.
Enlace
<a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/04/actualidad/1478279374_450427.html" target="_blank">http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/04/actualidad/1478279374_450427.html</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Puede estallar el Magreb?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Sami Nair
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
04/11/16
Source
A related resource from which the described resource is derived
Diario El País
Description
An account of the resource
Se teme legítimamente el avance del islam radical y del yihadismo en los países del Magreb. La desestabilización de estos países, sobre todo Argelia y Marruecos, puede producir un choque catastrófico sobre la frontera norte del Mediterráneo y generar problemas insolubles de acogida de inmigrantes. Lo que pasa en Siria, tanto como en Irak, demuestra la magnitud del reto potencial respecto de los refugiados y, como consecuencia, de la reacción negativa de las poblaciones europeas.
Argelia
Magreb
Marruecos
Primavera Árabe
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/59c344dd30801d071aa282528dd75bbe.PNG
0b001700f6aae2c992efac915e50834f
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
<strong>Recursos audiovisuales sobre el mundo árabe.</strong>
Material educativo
Enlace
<div style="position: relative; height: 0; padding-bottom: 56.25%;"><iframe style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; left: 0;" src="https://www.youtube.com/embed/Id67uXHn_wU?ecver=2" frameborder="0" width="640" height="360"></iframe></div>
Enlace secundario
<a href="https://youtu.be/Id67uXHn_wU" target="_blank">https://youtu.be/Id67uXHn_wU</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Qué se esconde tras los lujos de Bahréin?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
El Orden Mundial en el s. XXI
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
12/02/2017
Source
A related resource from which the described resource is derived
Youtube
Description
An account of the resource
La pequeña isla-estado de Bahréin se ha convertido en uno de los focos del lujo y el desarrollo a nivel global. En pocos años ha visto crecer inmensos rascacielos, centros comerciales y hasta un circuito de Fórmula 1. Sin embargo, no todo es opulencia en el país árabe. Los conflictos políticos, sociales y la represión son la otra cara en este rincón del golfo Pérsico.
Bahréin
Oriente Medio
Primavera Árabe
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/bb6e1e4c8b53020c72ae16d642bd21a4.jpg
1384336a14a3f3ee7bb7cb038167b53a
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Artículos y noticias sobre el Mundo Árabe.
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Texto original
<p>En el Egipto de Mubarak no resultaba tan difícil cubrir un <a href="http://www.elpais.com/articulo/internacional/EGIPTO/Mahoma/guia/elpepuint/19870403elpepiint_22/Tes">mitin de los Hermanos Musulmanes</a> o <a href="http://www.elpais.com/articulo/internacional/ataque/Afganistan/dando/razon/Bin/Laden/elpepuint/20011022elpepiint_11/Tes">entrevistar a sus dirigentes</a>. Y sin embargo, oficialmente no existían. Su estatuto era ambiguo: el régimen los toleraba en ocasiones (llegaron a conseguir una quinta parte de los escaños en las elecciones parlamentarias de 2005, aunque presentándose bajo el manto de candidaturas independientes) y los reprimía siempre con mayor o menor dureza. En realidad, el capital político de Mubarak hacia su pueblo y, aún más, hacia el exterior consistía en presentarse como la única alternativa posible en el Valle del Nilo a los que él llamaba "los barbudos", esto es, los islamistas de la vieja cofradía.</p>
<p><strong>¿Qué son los Hermanos Musulmanes?</strong> La cofradía de los Hermanos Musulmanes (Al Ijuan al Muslimin) es la más vieja, extendida e influyente organización integrista del mundo árabe y musulmán, la madre o la abuela de casi todos los grupos, moderados, mediopensionistas o radicales, estrictamente sociopolíticos o practicantes de la violencia, que en los últimos años han tenido un gran protagonismo internacional predicando la necesidad de que sus países vuelvan a practicar un islam puro y riguroso, derroquen a los autócratas que los gobiernan y se independicen de Estados Unidos.</p>
<p><strong>¿Cómo nació?</strong> La cofradía fue fundada en Egipto en 1928 por un maestro de escuela llamado Hassan el Banna (1906-1949), abuelo, por cierto, del actual pensador del llamado euroislam Tariq Ramadán. La cofradía tuvo un importante papel en la lucha contra el dominio colonial británico en el valle del Nilo. Fue reprimida brutalmente tanto por el último rey de Egipto, Faruk, como por su sucesor, el "rais" o presidente laicista, panarabista y socializante Nasser. Jamás ha sido legal bajo el régimen de Mubarak, aunque éste toleraba algunas de sus actividades y le permitía en ocasiones concurrir a las elecciones en forma de candidaturas independientes. Mubarak tiene en prisión a miles de islamistas, tanto militantes pacíficos de los Hermanos Musulmanes como activistas de organizaciones violentas.</p>
<p><strong>¿Por qué es popular en Egipto?</strong> Se calcula que entre medio millón y un millón de los 80 millones de habitantes de Egipto son miembros o simpatizantes de la octogenaria cofradía. Su popularidad deriva tanto de que el mismo Mubarak le concedió la condición de principal oposición a su régimen como de su acción social. Los Hermanos Musulmanes, que obtienen sus ingresos de miembros adinerados, ofrecen escuelas, ambulatorios y pensiones a los egipcios más pobres. Este modelo de intensa acción social ha sido seguido por otros grupos islamistas. El libanés Hezbolá y el palestino Hamás, movimientos que podríamos llamar de resistencia islamo-nacionalista y que Occidente tilda de terroristas, han conseguido también su popularidad gracias a ofrecer un sistema de protección social que no cubren los Estados.</p>
<p><strong>¿Tienen relación con los sindicatos?</strong> Sí. La cofradía es también muy activa e influyente en el seno de las organizaciones de trabajadores egipcios.</p>
<p><strong>¿Se limita a actuar en Egipto?</strong> No. Desde su nacimiento la cofradía tuvo una vocación más amplia, extendiendo su acción a toda la <em>umma</em> o comunidad musulmana. Históricamente, su influencia ha sido intensa en Palestina (el movimiento Hamás es un hijo de los Hermanos Musulmanes), Jordania, Siria y los países del Golfo. Los Hermanos Musulmanes sirios fueron brutalmente masacrados en 1982, en la localidad de Hama, por el Ejército de Hafez el Asad, padre del actual presidente Bachar. Murieron 10.000 civiles.</p>
<p><strong>¿Es un grupo violento?</strong> Hassan el Banna ya se oponía en su tiempo a la acción insurreccional y sus sucesores siempre han rechazado el terrorismo contemporáneo. La violencia, según los Hermanos Musulmanes, sólo es legítima para defender una tierra musulmana de un ataque extranjero. Cuando entrevisté en 2001 a Mohamed Al Hudaibi, entonces su portavoz, condenó sin ambages a Bin Laden, Al Qaeda y los atentados del 11-S. Otra cosa es que hijuelos de los Hermanos, como los grupos yihadistas egipcios que hoy tienen en Al Zawahiri su principal figura mundial, derivaran a partir de los setenta hacia el terrorismo, empezando por el asesinato de Sadat. También es diferente el que organizaciones como Hamás reivindiquen el derecho a la resistencia armada a la ocupación.</p>
<p><strong>¿Qué pretenden?</strong> Su objetivo es el regreso del valle del Nilo y los demás países musulmanes a una aplicación estricta y literal de la sharia o ley islámica. "El islam es religión y Estado, libro y espada, toda una forma de vida", me dijo en 2001 Al Hudaibi, un hombre de pelo escaso y barba canosa y recortada que vestía una sahariana gris y decoraba su despacho con una maqueta de la mezquita de El Aksa y el escudo de la cofradía: dos sables cruzados sobre un Corán. Pretenden conseguir ese objetivo mediante la predicación, la acción política y el ejemplo de su acción social.</p>
<p><strong>¿Cuándo comenzó su ascenso?</strong> En los tiempos contemporáneos, el ascenso de los Hermanos Musulmanes en Egipto y de otras formaciones islamistas en el resto del mundo árabe comenzó tras la derrota del Egipto de Nasser en la guerra de 1967, a manos de israelíes y sus protectores estadounidenses. Muchos jóvenes vieron en ello el fracaso del proyecto laicista y nacionalista y optaron por el regreso a un islam rigorista.</p>
<p><strong>¿Tienen alguna relación con el Irán de los ayatolás?</strong> Los Hermanos Musulmanes pertenece al islam sunní e Irán es un país de islam shií. No obstante, las ideas de los grandes pensadores de la cofradía, el fundador Hassan el Banna y el teórico radical Sayyed Qutb, ahorcado en 1966 por Nasser, también influyeron en el ayatolá Jomeini.</p>
<p><strong>¿Han conseguido "reislamizar" Egipto?</strong> Sí. En relación a los tiempos de Nasser y Sadat, ahora hay en el valle del Nilo más mujeres que se cubren los cabellos, más asistencia a las plegarias del viernes en las mezquitas y la venta de ejemplares del Corán y casetes con discursos religiosos es toda una industria. También se han ido reduciendo los espacios de libertad para el consumo del alcohol o la danza del vientre.</p>
<p><strong>¿Quién es ahora su líder?</strong> En enero de 2010 eligieron como nuevo "guía supremo" a Mohamed Badie, un profesor de Medicina Veterinaria de 67 años. Es un conservador que estos días subraya que los Hermanos Musulmanes están dispuestos a negociar con el régimen una transición a la democracia, una vez desaparecido Mubarak, eso sí. Y que añade que la cofradía podría vivir perfectamente en un Egipto democrático, pluripartidista y religiosamente plural (el país cuenta, de hecho, con una importante minoría cristiana copta).</p>
<p><strong>¿Hacia donde puede evolucionar la cofradía?</strong> Simplificando mucho, podría decirse que los Hermanos Musulmanes pueden situarse hoy entre el Irán de Jomeini y la Turquía del partido islamista moderado y democrático de Erdogan. Su evolución hacia el extremismo o la aceptación del juego democrático dependerá en gran medida de la salida de la actual revolución democrática egipcia. Si ésta triunfa, los Hermanos Musulmanes podrían integrarse en ella e ir moderando su discurso y su política. En caso contrario, la tentación de la radicalización será muy intensa.</p>
<p><strong>¿Debe el miedo a los Hermanos Musulmanes impedir el apoyo a la revolución democrática egipcia?</strong> La respuesta a esta pregunta es un no rotundo. Negarle a un pueblo la libertad sólo porque un partido que no gusta a tal o cual podría ganar las elecciones es una barrabasada. Los países latinoamericanos, España y Portugal ya fueron víctimas de esa retorcida visión en tiempos de la guerra fría. Además, no está escrito en ninguna parte que la cofradía sea el seguro ganador de unos comicios egipcios libres. Como ha escrito esta semana <a href="http://www.independent.co.uk/opinion/commentators/fisk/">Robert Fisk en <em>The Independent</em></a> , agitar ahora el fantasma de los Hermanos Musulmanes para sostener a Mubarak es "una chorrada".</p>
Enlace
<a href="http://internacional.elpais.com/internacional/2011/02/04/actualidad/1296774012_850215.html" target="_blank">http://internacional.elpais.com/internacional/2011/02/04/actualidad/1296774012_850215.html</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Quiénes son los Hermanos Musulmanes?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Javier Valenzuela
Description
An account of the resource
Artículo sintético en formato entrevista que contesta algunos de los interrogantes que cualquier no lego pueda tener sobre la Hermandad de los Hermanos Musulmanes.
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
2011
Egipto
Hermanos Musulmanes
-
http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/files/original/6af7c6b4d134a1b40370015a43ded560.pdf
350d0c4786a923e40d159624e4d6a86c
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
Artículos y noticias sobre el Mundo Árabe.
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Texto original
<p>Desilusión. Incertidumbre. Frustraciones. Acceso de rebeldía y sensación de impotencia a la vez. Eso es, me parece, lo que siente un número creciente de marroquíes, de jóvenes sobre todo, pero también de amplias capas de población que van desde las más desfavorecidas hasta la élite intelectual, pasando por las clases medias. El resultado, alarmante, de ese estado de ánimo es la pérdida colectiva de lo que yo llamaría "el gusto por el porvenir". ¿Cómo se ha llegado a eso? Después de las prometedoras aperturas del comienzo del primer decenio, hemos pasado a una fase de vacilaciones y luego de inercia. La política oficial se ha hecho ilegible a fuerza de ser opaca. La concentración de poderes se ha acentuado hasta tal punto que las reglas del juego político, en lo que al principio nos fue presentado como un proceso democrático, se han pervertido, son inoperantes.</p>
<a name="sumario_1"></a>
<div class="sumario__interior">
<div class="sumario-texto">
<p class="texto_grande">El país está gestionado como una multinacional cuyo objeto es enriquecer a sus mayores accionistas</p>
</div>
</div>
<a name="sumario_2"></a>
<div class="sumario__interior">
<div class="sumario-texto">
<p class="texto_grande">Hay que combatir contra el desamparo económico y social que ha alcanzado un umbral crítico</p>
</div>
</div>
<a name="sumario_3"></a>
<div class="sumario__interior">
<h3 class="sumario-titulo"><span class="sin_enlace">MÁS INFORMACIÓN</span></h3>
<div class="sumario-texto">
<div class="apoyos">
<ul class="apoyos-listado">
<li class="apoyo_normal apoyo_sinfoto"><span class="apoyo-titulo"><a href="https://elpais.com/internacional/2011/01/31/actualidad/1296428411_850215.html">Primeras manifestaciones en Marruecos</a></span></li>
</ul>
</div>
</div>
</div>
<div id="elpais_gpt-INTEXT" data-google-query-id="CJ7A9K_YktUCFcaiUQodgXUAhA">
<div id="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/diario/intext_0__container__"><iframe id="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/diario/intext_0" title="3rd party ad content" name="google_ads_iframe_/7811748/elpais_web/diario/intext_0" frameborder="0" marginwidth="0" marginheight="0" scrolling="no" width="1" height="1" data-integralas-id-de9cb25a-1d45-eea4-a31f-0c6c2d42a552=""></iframe></div>
</div>
<p>Ante semejante callejón sin salida, es obligado constatar que el pensamiento político está lejos de aceptar el reto. Ha abandonado entre nosotros sus dimensiones tanto crítica como prospectiva para limitarse, digamos, a la crónica, a la reacción ante los acontecimientos cotidianos. Se ha acabado, por ejemplo, la firme reivindicación de una reforma constitucional con vistas a un justo reequilibrio de poderes y de su separación según las normas democráticas universalmente establecidas, por no hablar de una reivindicación ya expresada al comienzo de la independencia, la de una Asamblea Constituyente cuya misión fuera la de elaborar el contenido y las reglas de semejante reforma.</p>
<p>Abandonado así el taller institucional, ¿qué margen de negociación le queda a nuestra clase política, y sobre todo a los partidos que esporádicamente hacen aún alarde de alguna veleidad de independencia frente al poder? Para ellos, la negociación se reduce a que el número de carteras a las que aspiran les sean reservadas en el equipo gubernamental según los resultados electorales obtenidos, sean estos, por lo demás, controvertidos o no. Pobre ambición cuando es de pública notoriedad que este Gobierno gobierna tan poco, a semejanza de un Parlamento que, de por sí, también legisla tan poco.</p>
<p>Por su parte, la izquierda no institucional, que goza de una gran respetabilidad debido a los sacrificios padecidos en su combate contra el antiguo régimen, no ha conseguido adquirir una auténtica visibilidad política. Víctima del mal congénito de la división y, en lo que respecta a sus alas más combativas, de un cierto aislamiento ideológico, le cuesta asumir el papel que se esperaría de ella, precisamente el de impulsar la renovación del pensamiento político, el de proponer un proyecto alternativo de sociedad y el de abrir vías creativas a la movilización ciudadana.</p>
<p>En cuanto a la sociedad civil, a pesar de un dinamismo y de un grado de concienciación cada vez mayores, parece no haber tenido en cuenta el peso nada despreciable que representa en la relación de fuerzas políticas, sociales e intelectuales existentes. Sin embargo, muchas de sus realizaciones (a todos los niveles del desarrollo humano, de la ayuda a las personas y a las capas de población más frágiles, de la creación y de la animación culturales) denuncian, con ejemplos a mano, la indigencia en estos terrenos tanto de la acción partidista tradicional como la de los gobernantes. Pero, a la larga, la dinámica que ella misma ha creado corre el riesgo de atascarse en tareas compartimentadas si no es impulsada por una visión del proyecto social en su conjunto, donde la construcción de la democracia sea una realización ciudadana basada en unos valores éticos en los que los políticos se inspiran cada vez menos, a pesar de que pretendan estar convencidos de ellos.</p>
<p>Por eso, ante estas múltiples carencias, tan solo se puede constatar, con lágrimas en los ojos, que la élite de los pensadores, los que en verdad hoy deciden, no son ni siquiera los economistas que en otras latitudes hacen y deshacen, sino los tecnócratas, los gerentes, los consejeros y asesores de toda laya, atentos sobre todo a las orientaciones fijadas por las instituciones financieras internacionales y a las pertinentes opiniones, según la fórmula consagrada, emanadas de las oficinas de estudios estratégicos (preferiblemente extranjeras).</p>
<p>El resultado es que Marruecos no está gestionado como un país que, en función de su asentada identidad y de la riqueza de su cultura, tendría que hacer valer sus bazas; donde el pueblo, artesano indiscutido de la soberanía nacional, debería tener algo que decir acerca de la gestión de sus asuntos y de la construcción de su porvenir; donde la sociedad, que nada ignora de lo que pasa en la aldea planetaria, desearía disfrutar también ella de los avances que se han venido realizando en el plano del conocimiento, de la educación, de la satisfacción de las necesidades materiales y morales, de los derechos y de las libertades. Marruecos se encuentra más bien gestionado como una megaempresa o como una multinacional cuya finalidad es el enriquecimiento ilimitado de sus principales accionistas, sin perjuicio de que distribuya algunas migajas a los menores a fin de crear una clase que haga de tapón entre ella y la masa creciente de desamparados.</p>
<p>El despegue económico del país, del que ciertas primicias son indiscutibles y otras deben ponerse en tela de juicio, tiene ese precio. Y sobre ese altar, en el que se celebra de forma indecente el culto al becerro de oro, es el despegue democrático el que está siendo sacrificado. ¿Cómo se entienden si no los atentados reiterados contra la libertad de opinión, el hostigamiento a los órganos de prensa, las condenas a periodistas con los argumentos más falaces y, en otros terrenos no menos simbólicos, la dimisión del Estado ante el deterioro del sistema educativo o el desinterés por ese desafío superior que representa la cultura en la formación del espíritu de ciudadanía y la estructuración de la luminosa identidad de una nación? El guión así redactado, ya casi cerrado, no es seguramente el que nos esperábamos hace ahora justo 10 años. Y nada hace presagiar que siga abierto a cualquier otra reescritura.</p>
<p>En Marruecos se impone un cambio de rumbo. Marruecos, seguramente, y por multitud de razones, no es Túnez, pero algunos ingredientes que han estado en el origen de la llamada <em>revolución de los jazmines</em> se encuentran, casi de manera idéntica y desde hace ya mucho tiempo, en nuestro país.</p>
<p>Si, como así lo creo, la mayoría de los marroquíes ansían una transición pacífica, pero irreversible, hacia la democracia, ha llegado el momento de un impulso ciudadano que implique a todas las fuerzas políticas, sociales e intelectuales que comparten la misma aspiración. Es la hora del balance crítico y autocrítico, del rearme del pensamiento, de la liberación de las iniciativas, de la clara afirmación de las solidaridades, del debate de fondo y de la sinergia entre todas estas fuerzas.</p>
<p>Para nuestros gobernantes ha llegado el momento de dar pruebas concretas de su voluntad de satisfacer semejante aspiración, la más urgente de las cuales deberá ser la de tomar medidas radicales con las que responder a un desamparo económico y social que ha alcanzado un umbral crítico. Ello implicaría, digámoslo sin ambages, la revisión de las opciones económicas tomadas y del modelo de crecimiento puesto en marcha hasta nuestros días, que ha ahondado irremediablemente las desigualdades y las injusticias. La otra prueba que permitiría a la comunidad nacional restablecer el gusto por el porvenir sería un acto fundador, negociado con el conjunto de actores de la escena política y de la sociedad civil, con el objetivo de imprimir en la Constitución del país los principios de un Estado de derecho, instaurando la separación de poderes, la igualdad ante la ley y la protección de las libertades, pero también de un Estado de nuevo tipo que levante acta de la identidad cultural y de otras especificidades de ciertas regiones a fin de conceder a sus poblaciones la autonomía a la que tienen derecho.</p>
<p>Ante Marruecos se hace presente un nuevo cruce de caminos. La cita que la historia nos ha fijado con él no admite ninguna espera. Ojalá puedan la razón y los intereses superiores del país conducirnos allí a tiempo y hacernos elegir el más seguro camino del progreso, de la dignidad y de la justicia, el camino del despegue democrático.</p>
<p class="nota_pie"><strong>Abdellatif Laâbi</strong> es escritor marroquí. Traducción de Juan Ramón Azaola.</p>
Enlace
<a href="https://elpais.com/diario/2011/01/31/opinion/1296428411_850215.html" target="_blank">https://elpais.com/diario/2011/01/31/opinion/1296428411_850215.html</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
¿Y Marruecos?
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Abdellatif Laabi
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
31/01/2011
Source
A related resource from which the described resource is derived
El País
Description
An account of the resource
La mayoría de los marroquíes desea una transición pacífica pero irreversible hacia la democracia. Se necesita un cambio de rumbo que instaure la separación de poderes y la protección de las libertades
Democracia
Marruecos
Primavera Árabe
-
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
<strong>Recursos textuales sobre el mundo árabe.</strong>
Artículo de prensa
Textos publicados en periódicos y revistas.
Texto original
10 consecuencias inesperadas de la Primavera Árabe
El proceso continúa.
Hace tres años, en una ciudad tunecina poco conocida, nació lo que se llegó a conocer como la Primavera Árabe, cuando un vendedor de frutas de 26 años se echó gasolina encima, acercó una flama y se inmoló.
Mohammed Bouazizi murió 18 días más tarde. Dos semanas después, mientras protestas sin precedentes rugían en todo el país, el presidente Zine al-Abidine Ben Ali huía a Arabia Saudita.
Las llamas encendidas con el suicidio de Bouazizi se extendieron por África del Norte, tumbando al presidente egipcio Hosni Mubarak y al Coronel Muammar Gadafi en Libia, tras 42 años en el poder. El presidente de Yemen se tuvo que retirar, mientras que en Bahréin y en Marroco las autoridades se vieron obligadas a aceptar las reformas que los manifestantes exigían.
En Siria también se alzaron las voces... y las armas.
Medio Oriente sigue envuelto en su proceso de evolución y, en el camino, ha habido consecuencias inesperadas.
1. Las monarquías capean el temporal
Las familias reales de Medio Oriente hasta el momento, han tenido una buena Primavera Árabe, mejor de lo que algunas habrían anticipado. Eso es tan cierto en Jordania y Marruecos como en el Golfo Pérsico.
Los gobiernos que han colapsado o tambaleado tenían un modelo parecido a los Estados de estilo soviético, con un partido único mantenido por poderosas estructuras de seguridad.
No hay una razón obvia para que sea así. Bahréin ha mostrado que está listo a usar tácticas de seguridad agresivas mientras que otros se han valido de medidas más sutiles, como Qatar, que aumentó el salario de los funcionarios públicos ante la primera señal de agitación.
Y, por supuesto, en los reinos del Golfo el descontento es exportable, pues la mayoría de los empleados con los salarios más bajos son migrantes y si empiezan a quejarse por las condiciones de trabajo o a exigir derechos políticos, los pueden mandar a casa.
Además, es posible que la gente sienta algún grado de apego hacia sus gobernantes reales, un sentimiento que los autócratas no inspiran, no importa cuán extravagante sea su estilo de vida.
2. Estados Unidos ya no lleva la voz cantante
Estados Unidos no ha tenido una buena Primavera Árabe. Tenía una visión clara de un Medio Oriente algo estancado en el que contaba con unas alianzas confiables con países como Egipto, Israel y Arabia Saudita.
No pudo llevarle el ritmo a los eventos en Egipto, que eligió a un islamista, Mohammed Morsi, quien luego fue depuesto por el ejército.
Es difícil para la administración de Barak Obama resolver el acertijo: el problema es que le gustan las elecciones pero no el resultado: una victoria clara para la Hermandad Musulmana. Tampoco le gustan los golpes militares (al menos en el siglo XXI) pero probablemente está lo suficientemente cómoda con un régimen respaldado por los militares que quiere mantener la paz con Israel.
Estados Unidos sigue siendo el superpoder, por supuesto, pero ya no es el que dicta qué pasa en Medio Oriente. Y no está sólo en esa situación: Turquía no supo escoger al ganador en Egipto tampoco y está en aprietos por sus relaciones problemáticas con los rebeldes en Siria.
3. Sunitas versus Siria
La velocidad con que las manifestaciones desarmadas contra un gobierno autoritario metamorfosearon en una guerra civil sanguinaria con matices sectarios en Siria impactó a todo el mundo.
Hay tensiones crecientes entre los musulmanes sunitas y chiitas en muchas partes de la región. Irán chiita y Arabia Saudita sunita están ahora efectivamente librando una guerra indirecta en suelo sirio.
La profundización del cisma entre dos ramas de Islam ha llevado a niveles alarmantes de violencia sectaria en Irak también y podría terminar siendo uno de los legados más importantes de estos años de cambio en el mundo árabe.
4. Victoria para Irán
Nadie habría predicho al principio de la Primavera Árabe que Irán saldría beneficiado.
Al principio del proceso, estaba marginalizado y paralizado por las sanciones impuestas debido a sus ambiciones nucleares. Ahora, es imposible imaginarse una solución para Siria sin el acuerdo iraní y, con su presidencia bajo nueva administración, está incluso hablando con las potencias mundiales sobre su programa nuclear.
Arabia Saudita e Israel están alarmados por la disposición de Washington a hablar con Teherán y cualquier cosa que ponga a esos dos países en el mismo lado de un argumento es, de por sí, histórico.
5. Los ganadores son perdedores
Es difícil establecer quiénes han sido los ganadores hasta ahora en este proceso. Un ejemplo es el destino de la Hermandad Musulmana en Egipto. Cuando se llevaron a cabo las elecciones tras la deposición de Mubarak, llegó al poder y, tras 80 años en la sombra, el movimiento finalmente parecía destinado a reconstruir el país más grande del Medio Oriente a su imagen y semejanza.
Pero después de que el ejército le forzara a dejar el poder y retornar a la clandestinidad, sus principales líderes enfrentan largas condenas de prisión. Hace un año, la Hermandad parecía ser una de las ganadoras. Ya no.
La suerte de la Hermandad no le convino al políticamente ambicioso Qatar, que la había respaldado durante la lucha por el poder en Egipto. En las primeras etapas de la Primavera Árabe, con Qatar apoyando a los rebeldes libios también, parecía que el pequeño reino tenía la estrategia correcta para expandir su influencia regional. Ya no.
6. Los kurdos se benefician
En contraste, la población del Kurdistán iraquí está empezando a perfilarse como ganadora. Quizás hasta esté acercándose a ver realizado su sueño de tener un Estado.
Han vivido en la región norteña del país, en la que hay petróleo, y está desarrollando lazos económicos independientes con su poderoso vecino, Turquía. Tiene una bandera, un himno y un ejército.
Los kurdos de Irak pueden ser los beneficiarios de la lenta desintegración de un país que ya no funciona como un Estado unitario.
El futuro no estará libre de problemas (hay poblaciones kurdas en los vecinos Irán, Siria y Turquía también) pero en ciudades kurdas como Irbil la gente piensa que el futuro es más prometedor y más libre. Ese proceso empezó antes de la Primavera Árabe, por supuesto, pero los kurdos han aprovechado los vientos de cambio que soplan en la región para consolidar logros que ya estaban en camino.
7. Las mujeres son víctimas
Hay una consecuencia de la Primavera Árabe hasta el momento que es sencillamente deprimente.
Entre la multitud en la Plaza Tahrir al principio del levantamiento en Egipto había muchas mujeres valientes y apasionadas reclamando derechos personales junto con los políticos, que eran el foco de las manifestaciones.
La desilusión fue amarga. Las historias sobre asaltos sexuales en público son aterradoramente comunes y una encuesta de la Fundación Thomson-Reuters señala a Egipto como el peor lugar del mundo árabe para ser mujer. Tuvo malas calificaciones en violencia de género, derechos reproductivos, trato de mujeres en las familias y la inclusión en política y economía.
8. ¿Sobrevaloración de las redes sociales?
Cuando empezaron las protestas, hubo mucho entusiasmo en los medios occidentales por el papel de innovaciones como Twitter y Facebook, en parte porque a los periodistas occidentales les gustaban.
Esas redes sociales juegan un rol importante en países como Arabia Saudita, donde le permiten a la gente sortear los rígidos medios oficiales y tener algún debate nacional.
Y tuvieron un papel al principio de los levantamientos también, pero su uso se limitó sobre todo a la élite liberal educada y afluente, y es posible que sus opiniones resonaran más de lo indicado por un rato. Esos liberales laicos al final fueron aplastados en las urnas en Egipto, por ejemplo.
La televisión satelital sigue siendo más importante en países en los que mucha gente es analfabeta y no tiene acceso a internet.
9. La finca raíz en Dubái se recupera
Las ramificaciones de los eventos en Medio Oriente se siguen sintiendo mucho más lejos de las fronteras de los países en los que sucedieron.
Existe la teoría de que el mercado hipotecario en Dubái se disparó pues los ricos de los países desestabilizados, como Egipto, Libia, Siria y Túnez, buscaron un refugio seguro para su dinero, y a veces hasta su familia.
Los efectos se sintieron incluso más lejos, en los mercados de propiedad de Londres y París.
10. Volver a trazar
El mapa del Medio Oriente que trazaron Reino Unido y Francia en secreto a mediados de la Primera Guerra Mundial parece que se está desdibujando.
Fue entonces cuando se crearon Estados como Siria e Irak y ahora nadie sabe si existirán en la misma forma en unos cinco años.
Y nadie puede hacer mucho al respecto tampoco: Libia demostró cuáles son los límites de la intervención occidental, con el poderío aéreo británico y francés capaz de apresurar el fin de un viejo gobierno odiado pero incapaz de asegurar que eso fuera seguido por la democracia. O siquiera la estabilidad.
Una antigua lección -que el mundo está volviendo a aprender- es que las revoluciones son impredecibles y que puede tomar años antes de que sus consecuencias sean claras.
País
Reino Unido
Enlace
<a href="http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/12/131212_primavera_arabe_consecuencias_finde" target="_blank">http://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/12/131212_primavera_arabe_consecuencias_finde</a>
Dublin Core
The Dublin Core metadata element set is common to all Omeka records, including items, files, and collections. For more information see, http://dublincore.org/documents/dces/.
Title
A name given to the resource
10 consecuencias inesperadas de la Primavera Árabe
Creator
An entity primarily responsible for making the resource
Kevin Connolly
Date
A point or period of time associated with an event in the lifecycle of the resource
15/12/2013
Source
A related resource from which the described resource is derived
BBC, Medio Oriente
Description
An account of the resource
Artículo en el que se analizan tres años después algunas consecuencias imprevistas e inopinadas de las revueltas.
Arabia Saudí
Dubai
EEUU
Irán
kurdos
Primavera Árabe
Redes Sociales
Siria
Sunnitas
Túnez