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China, la ganadora de la globalizaci�n
Título
China, la ganadora de la globalizaci�n
Autor
Juan Pablo Cardenal
Fecha
05/05/2014
Fuente
http://blogs.elpais.com/conquista-china/2014/05/china-la-ganadora-de-la-globalizaci%C3%B3n.html
Descripción
Art�culo del blog de "El Pa�s" que comenta el la trayectoria econ�mica de China tras su entrada en la OMC y el Informe del Banco Mundial de 2014 en el que se asegura que China se convirti� en la primera potencia mundial en 2014 y
Texto original
China, la ganadora de la globalizaci�n
Por: Juan Pablo Cardenal | 05 de mayo de 2014
.
Un informe del Banco Mundial asegura que China se convertir� en la primera potencia econ�mica mundial antes de que acabe este a�o. Ya que hablamos del pa�s m�s poblado del mundo, la noticia no ser�a tan extraordinaria si no fuera porque, hace menos de 40 a�os, China estaba metida de lleno en la locura de la Revoluci�n Cultural y el mao�smo a�n daba sus �ltimos coletazos. En cierto modo, el hito hay que relativizarlo, porque en PIB per c�pita China sigue lejos de los pa�ses m�s pr�speros; pero confirma la evidencia de que China es la gran ganadora de la globalizaci�n.
Una cifra arrolladora da buena cuenta de ello. El comercio de China con el resto de mundo se ha multiplicado por siete en los 12 a�os que siguieron a la entrada del gigante asi�tico en la Organizaci�n Mundial del Comercio (OMC): de 500.000 millones de d�lares en 2001 a 3,87 billones en 2012. La adhesi�n de China a la OMC le permiti� adquirir el estatus de �naci�n m�s favorecida� que, en combinaci�n con la ventaja comparativa de su mano de obra barata, tuvo m�ximo efecto. China se convirti� en la f�brica del mundo y muchas multinacionales optaron por deslocalizar parte de su producci�n.
Pertenecer al club comercial oblig� al pa�s asi�tico a una profunda cirug�a. Unas 2.300 leyes nacionales y 190.000 normativas locales fueron reformadas, poniendo con ello los cimientos de una econom�a m�s o menos pr�xima a una de mercado. Todo ello sirvi� para atraer grandes inversiones for�neas y, con �stas, las multinacionales aportaron su tecnolog�a. Un factor clave, porque permiti� a China aprender y empezar a cambiar la estructura de su comercio, que ahora tiene un componente tecnol�gico mayor. Con todo, es justo admitir que el pa�s asi�tico ha pagado un alto precio con la adopci�n de este modelo, sobre todo en t�rminos medioambientales o en cuanto a las desigualdades de riqueza.
La parad�jica consecuencia de todo ello es que las empresas occidentales han tenido un acceso al mercado chino menor del que preve�an durante los 15 a�os que duraron las negociaciones con Pek�n. S�, se han reducido los aranceles y eliminado todas las barreras cuantificables, pero permanecen las no arancelarias. Por tanto, mientras las empresas chinas tienen libre y expedito su acceso a los mercados occidentales, para las empresas extranjeras el chino es un mercado minado de obst�culos. No s�lo hay sectores completamente cerrados a la inversi�n extranjera y otros protegidos, sino que algunos de los que est�n te�ricamente abiertos, en la pr�ctica las barreras son casi insalvables.
La falta de reciprocidad no es la �nica asimetr�a. Cuando China entr� en la OMC, Pek�n fusion� empresas estatales para convertirlas en gigantes nacionales y les concedi� el monopolio en los sectores estrat�gicos. Desde una l�gica defensiva, parec�a lo prudente teniendo en cuenta que en aquellos a�os China no ten�a grandes empresas que pudieran hacer frente a una competencia extranjera mucho m�s s�lida. Gracias a ello, las empresas estatales chinas han sido las que mejor han capitalizado la entrada en la OMC. Ahora, esas mismas empresas estatales tienen v�a libre para competir en los mercados mundiales con las armas de su capitalismo de Estado.
El r�gimen de monopolio en China, los subsidios encubiertos y la financiaci�n preferencial sirven decisivamente a esas empresas estatales chinas para competir deslealmente en otros mercados. No obstante, en medio de una alarmante falta de liderazgo en Occidente, los gobiernos occidentales no parece que est�n priorizando esta cuesti�n m�s all� de los esfuerzos de Estados Unidos por llevar a buen puerto sendos acuerdos de comercio e inversiones con la UE y en la regi�n del Pac�fico.
En general, la prioridad ahora para los gobiernos occidentales es la recuperaci�n econ�mica. Y en ese prop�sito China tiene reservado, con sus inversiones que crean empleo a corto plazo, un papel fundamental. En el actual contexto, por tanto, la triste conclusi�n es que no se intuye que nuestros gobiernos vayan a tener la fuerza ni la influencia necesarias para exigir a China a que cumpla las reglas del juego.
Por: Juan Pablo Cardenal | 05 de mayo de 2014
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Un informe del Banco Mundial asegura que China se convertir� en la primera potencia econ�mica mundial antes de que acabe este a�o. Ya que hablamos del pa�s m�s poblado del mundo, la noticia no ser�a tan extraordinaria si no fuera porque, hace menos de 40 a�os, China estaba metida de lleno en la locura de la Revoluci�n Cultural y el mao�smo a�n daba sus �ltimos coletazos. En cierto modo, el hito hay que relativizarlo, porque en PIB per c�pita China sigue lejos de los pa�ses m�s pr�speros; pero confirma la evidencia de que China es la gran ganadora de la globalizaci�n.
Una cifra arrolladora da buena cuenta de ello. El comercio de China con el resto de mundo se ha multiplicado por siete en los 12 a�os que siguieron a la entrada del gigante asi�tico en la Organizaci�n Mundial del Comercio (OMC): de 500.000 millones de d�lares en 2001 a 3,87 billones en 2012. La adhesi�n de China a la OMC le permiti� adquirir el estatus de �naci�n m�s favorecida� que, en combinaci�n con la ventaja comparativa de su mano de obra barata, tuvo m�ximo efecto. China se convirti� en la f�brica del mundo y muchas multinacionales optaron por deslocalizar parte de su producci�n.
Pertenecer al club comercial oblig� al pa�s asi�tico a una profunda cirug�a. Unas 2.300 leyes nacionales y 190.000 normativas locales fueron reformadas, poniendo con ello los cimientos de una econom�a m�s o menos pr�xima a una de mercado. Todo ello sirvi� para atraer grandes inversiones for�neas y, con �stas, las multinacionales aportaron su tecnolog�a. Un factor clave, porque permiti� a China aprender y empezar a cambiar la estructura de su comercio, que ahora tiene un componente tecnol�gico mayor. Con todo, es justo admitir que el pa�s asi�tico ha pagado un alto precio con la adopci�n de este modelo, sobre todo en t�rminos medioambientales o en cuanto a las desigualdades de riqueza.
La parad�jica consecuencia de todo ello es que las empresas occidentales han tenido un acceso al mercado chino menor del que preve�an durante los 15 a�os que duraron las negociaciones con Pek�n. S�, se han reducido los aranceles y eliminado todas las barreras cuantificables, pero permanecen las no arancelarias. Por tanto, mientras las empresas chinas tienen libre y expedito su acceso a los mercados occidentales, para las empresas extranjeras el chino es un mercado minado de obst�culos. No s�lo hay sectores completamente cerrados a la inversi�n extranjera y otros protegidos, sino que algunos de los que est�n te�ricamente abiertos, en la pr�ctica las barreras son casi insalvables.
La falta de reciprocidad no es la �nica asimetr�a. Cuando China entr� en la OMC, Pek�n fusion� empresas estatales para convertirlas en gigantes nacionales y les concedi� el monopolio en los sectores estrat�gicos. Desde una l�gica defensiva, parec�a lo prudente teniendo en cuenta que en aquellos a�os China no ten�a grandes empresas que pudieran hacer frente a una competencia extranjera mucho m�s s�lida. Gracias a ello, las empresas estatales chinas han sido las que mejor han capitalizado la entrada en la OMC. Ahora, esas mismas empresas estatales tienen v�a libre para competir en los mercados mundiales con las armas de su capitalismo de Estado.
El r�gimen de monopolio en China, los subsidios encubiertos y la financiaci�n preferencial sirven decisivamente a esas empresas estatales chinas para competir deslealmente en otros mercados. No obstante, en medio de una alarmante falta de liderazgo en Occidente, los gobiernos occidentales no parece que est�n priorizando esta cuesti�n m�s all� de los esfuerzos de Estados Unidos por llevar a buen puerto sendos acuerdos de comercio e inversiones con la UE y en la regi�n del Pac�fico.
En general, la prioridad ahora para los gobiernos occidentales es la recuperaci�n econ�mica. Y en ese prop�sito China tiene reservado, con sus inversiones que crean empleo a corto plazo, un papel fundamental. En el actual contexto, por tanto, la triste conclusi�n es que no se intuye que nuestros gobiernos vayan a tener la fuerza ni la influencia necesarias para exigir a China a que cumpla las reglas del juego.
Archivos
Citación
Juan Pablo Cardenal , “China, la ganadora de la globalizaci�n,” Repositorio HISREDUC, consulta 24 de diciembre de 2025, http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/4153.
