- Navegar por los recursos
- Colecciones de recursos
-
Procesos históricos
- El proceso de la Transición española: la consolidación del cambio.
- El mundo islámico. De las "Primaveras árabes" a la actualidad.
- Quiebra y fractura de la URSS. Las transiciones democráticas en la Europa del Este
- La Transición chilena y otras dictaduras y populismos en Latinoamérica
- Globalización y desarrollo: la transición socioeconómica china
- Buscar por etiquetas
- Sobre el proyecto HISREDUC
Primavera �rabe. Protestas y revueltas. An�lisis de factores
Título
Primavera �rabe. Protestas y revueltas. An�lisis de factores
Autor
Jos� Mar�a Blanco Navarro, Jefe del Centro de An�lisis y Prospectiva de la Guardia Civil
Fecha
2011
Fuente
Instituto Espa�ol de Estudios Estrat�gicos
Descripción
Art�culo de an�lisis del Instituto Espa�ol de Estudios Estrat�gicos en el que se abordan las causas de las revueltas a pocos meses de iniciarse. Incidiendo en las tradicionales causas econ�micas inherentes a toda revuelta cl�sica, y sobre todo en la multicausalidad. Permite establecer un cuadro esquem�tico de causas muy interesante.
Texto original
PRIMAVERA �RABE. PROTESTAS Y REVUELTAS. AN�LISIS DE FACTORES
1. INTRODUCCI�N
Comenzamos este a�o 2011 con la sorpresa de los sucesos acaecidos en T�nez. Desde entonces, como una especie de domin�, fuimos asistiendo a una continua ca�da de piezas, mientras que otras, tambaleantes, o luchan por afianzarse o est�n irremediablemente condenadas a tocar suelo en un futuro m�s o menos cercano.
Realizar un m�nimo an�lisis de lo que est� sucediendo es una tarea m�s que compleja. Esa complejidad deriva de los siguientes hechos:
1) Rapidez de los acontecimientos.
2) Exceso de informaci�n, pero ausencia de informaci�n sobre el terreno (m�s acusada en pa�ses como Siria).
3) Multitud de actores involucrados. Distinguiremos entre actores principales, los m�s directamente afectados por protestas y revueltas, y otros actores que con sus decisiones y estrategias pueden estar influyendo. Alguno de los actores puede adem�s pertenecer a ambos grupos.
4) Multitud de factores existentes. Podemos pensar que existe un n�cleo com�n de factores que han llevado a esta situaci�n, pero el an�lisis de cada pa�s permite percibir particularidades propias, tan diferentes a las del resto, que hacen imposible generar un modelo explicativo �nico.
Estamos asistiendo a un fen�meno global y viral, con capacidad de infectar y asociarse a otras variables, en funci�n de las peculiaridades de cada pa�s. En Madrid se habla de Islandia y de Marruecos, en Mauritania y Grecia de Madrid, etc. Es en cierto modo un �virus de indignaci�n� que No afecta de igual manera a todos los pa�ses, algunos son m�s o menos inmunes, al igual que por ejemplo el virus de la gripe no se contagia a todas las personas.
- Entre los afectados podemos encontrar distintas graduaciones: protestas, revueltas, represiones, preguerras, guerras (al igual que el virus de la gripe puede producir desde estornudos, a dolor de garganta, fiebre, y hasta fallecimientos).
Se plantea este an�lisis como una visi�n desde el punto de vista de factores y actores. Si tenemos ambos campos adecuadamente determinados, el trabajo se convierte en una monitorizaci�n de cada uno de ellos, que junto a otras t�cnicas de an�lisis (timelines, redes, hip�tesis, escenarios, what if, etc.) pueden ofrecer un acercamiento a la realidad (con la dificultad de recomponer el puzzle, del que posiblemente adem�s no dispongamos de todas las piezas). Y despu�s de esta definici�n es preciso definir los riesgos existentes, con objeto de poder establecer estrategias de acci�n ante los diferentes escenarios resultantes.
2. ANALISIS DE FACTORES
Se entiende por factor un elemento o hecho que contribuye a una situaci�n. Ser�an variables aquellas magnitudes que nos permiten cuantificar cada factor de los que aparecen en la problem�tica a estudiar, algunos muy visibles, perceptibles, y otros m�s ocultos, incluso a veces no considerados.
Llegar a catalogar los diferentes tipos de factores es una ardua tarea, con la dificultad de determinar claramente qu� son factores primarios, y qu� factores son accesorios o colaterales. Sin esta visi�n podemos encontrar an�lisis que sit�an la raz�n de las revueltas en Internet, redes sociales o wikileaks, cuestiones que siendo importantes est�n lejos del origen y causas.
Coincidimos con muchos analistas en determinar una serie de factores principales, que ser�an los siguientes, y no ordenados por su importancia:
a) Gerontocracias. L�deres con mucha antig�edad en el puesto, mayores, y en algunos casos gravemente enfermos, y con sistemas de sucesi�n casi mon�rquicos. Varios de los l�deres afectados por las revueltas han tratado de colocar a sus descendientes en la carrera sucesoria, desde puestos importantes en los aparatos estatales en los que tambi�n fueron colocados a dedo. Cualquier proceso sucesorio genera una lucha de poder, a veces soterrada y otras veces m�s claramente definida. Esta situaci�n afectaba a T�nez, Egipto, y tiene similitudes con Libia, Argelia, Siria y bastantes otros pa�ses.
b) Falta de libertades. Ausencia de democracia. Ausencia de posibilidades de participaci�n ciudadana. Ausencia de derechos pol�ticos, libertad de prensa. Y lo que pudiera ser m�s grave, la violaci�n de derechos humanos.
c) Corrupci�n. La utilizaci�n de cargos p�blicos para lucrarse personalmente, y la hu�da del puesto (quiz�s en el mejor de los casos) saqueando las arcas p�blicas (si el saqueo no se ha realizado ya antes) En este campo es interesante se�alar el papel que han jugado las filtraciones de wikileaks.
d) Desempleo. El c�ctel explosivo se forma por la uni�n de una poblaci�n joven, sin perspectivas y sin empleo, y que a trav�s de medios de comunicaci�n perciben unos estilos de vida mejores en los que podemos llamar �estados de derecho y bienestar�.
e) Pobreza. Amplios colectivos que viven por debajo del umbral de pobreza.
f) Desigualdad. Consecuencia de algunos de los factores anteriores, hay una inexistencia de clases medias en muchos de los pa�ses afectados. La distribuci�n de la renta es excesivamente inequitativa.
g) Precios de los alimentos. Podr�amos se�alar que en muchos casos estamos ante �revueltas del pan�. Las subidas de precios de los cereales han llegado a ser de un 80% en 2010, mientras el paro se duplicaba en muchos pa�ses. Son muchas las causas, que exigir�an un an�lisis independiente, pero entre ellas podemos se�alar el incremento del consumo de los pa�ses emergentes, la utilizaci�n de cultivos para la producci�n de energ�a, el cambio clim�tico, y la tremenda especulaci�n de precios en los mercados de futuros.
h) Incremento de precios en general, de materias primas, de energ�a, etc.
Y algunos analistas se�alan que el papel de Occidente y su apoyo a los sistemas democr�ticos (estrategias de seguridad nacional de EEUU, discurso hist�rico del Presidente Obama en El Cairo) pueden tambi�n ser una causa principal. En principio, y pendiente de un an�lisis m�s profundo, creo que es un factor adicional, pero no principal (no es end�geno, y lo que mueve a las masas es lo que viven en el d�a a d�a).
En segundo lugar destacar�a el papel de una serie de factores desencadenantes. Son todos aquellos que, sobre la base de un caldo de cultivo ya existente, provocan el desbordamiento del agua del vaso. Por ello no conviene que sean confundidos con los factores b�sicos. Destacan:
a) Hechos puntuales incontrolables, como la inmolaci�n del vendedor de fruta de T�nez, que se convierte en un h�roe y s�mbolo de toda una revoluci�n, que adem�s, dado el car�cter rom�ntico de las revoluciones, denominamos la Revoluci�n de los Jazmines. Que algo as� pudiera pasar no ser�a descartable dada la situaci�n general y los factores primarios que se daban en esos pa�ses. Quiz�s la sorpresa vino por su origen en T�nez. Hay que considerar otros efectos simb�licos importantes, como los blogueros de Egipto, con un trabajo intens�simo en los �ltimos a�os, sobre todo desde 2008, alguno de los cuales tambi�n ha llegado a ser un s�mbolo. Y es que toda revoluci�n precisa un h�roe, un s�mbolo. Sin extenderme en esta cuesti�n, s� se�alar que se trata de naturaleza humana en estado puro, dos hemisferios cerebrales, uno de los cuales, el m�s l�gico y racional, hace percibir a los ciudadanos que las cosas no van bien. El otro hemisferio, m�s emocional y creativo, es el que pone motor a la acci�n. La activaci�n del hemisferio emocional se logra con impactos sensitivos, im�genes, banderas, sue�os de libertad, ilusiones colectivas.
b) Factores demogr�ficos, fundamentalmente la juventud de la poblaci�n, aunque por ejemplo en Georgia las protestas se han denominado �Revoluci�n de la Plata�, en referencia a las canas de un amplio colectivo de participantes mayores de cincuenta a�os.
c) Movilizaciones. Son los diferentes procesos de persuasi�n e influencia que pueden darse, un nexo entre el mundo del deseo o el virtual y la salida a la calle. Es tremenda la importancia del viernes en las culturas se�aladas, como d�a de rezo. La mayor�a de protestas se organizan a la salida de las mezquitas. Y para m�s �nfasis se las dota de un titular. Inicialmente era el �d�a de la ira�, posteriormente hemos asistido a �d�a de la dignidad� en Siria, y a un fracaso en cuanto al objetivo final, de momento, �d�a de la despedida� en Yemen. Y cada viernes el t�tulo del d�a es novedoso. En Marruecos el d�a clave es el domingo.
En tercer lugar destaco una serie de factores que sin ser causales, ni suponer tampoco un desencadenante, contribuyen a que la revuelta se propague. Son los denominados �factores de ayuda�:
a) Efecto contagio. Es b�sico. Si los ciudadanos de un pa�s perciben que sus vecinos han podido hacer aquello que desean pero no se atreven, disponen inmediatamente de un incentivo para la acci�n. Esta es una de las causas por las que se puede estar siguiendo una cierta pauta, y hasta que no acaba de aclararse la situaci�n de un pa�s no se desencadena totalmente la crisis en el siguiente. El ejemplo lo aporta Libia, cuya situaci�n incierta posiblemente ha influido en paralizar procesos en otros pa�ses. En el efecto contagio influyen los factores de ayuda relativos a los procesos de comunicaci�n.
b) Internet y redes sociales. Sirven para movilizar, pero no hasta el punto de protagonismo que se le ha otorgado. Por ejemplo, en Egipto, hay que pensar en c�mo ha circulado la informaci�n boca a boca, ciudadano a ciudadano, y la posible utilizaci�n de las redes de acci�n social de los Hermanos Musulmanes, organizados como pocos otros poderes existentes en estos pa�ses.
c) Wikileaks. Efecto similar, incrementa la ira al percibir el ciudadano la corrupci�n y las formas de actuar de las c�pulas dirigentes.
d) Medios de comunicaci�n. Centrar el foco en Internet ha generado no prestar la atenci�n que merece el papel de los medios de comunicaci�n. La informaci�n contribuye a conocer lo que est� pasando y, en base a ella, anima o desanima al ciudadano a actuar. Al Jazzera se consolida como medio de comunicaci�n de referencia. Planteada la situaci�n, crisis, protesta, conflicto, revuelta (la denominaci�n puede tener su importancia, pero ser�a cuesti�n de an�lisis en otro lugar), cabe analizar qu� factores influyen en la posible soluci�n. Son los denominados factores de salida:
a) El comportamiento del l�der. Asistimos a todas las versiones posibles:
a. Salida m�s o menos inmediata (T�nez). Buena soluci�n en principio, salvo por la determinaci�n del r�gimen sucesorio, que en muchos casos pertenecen al mismo aparato pol�tico anterior.
b. Salida tras cierto grado de presi�n interna (miembros del Gobierno, diplom�ticos, ej�rcito) o externa. Ser�a el caso de Egipto. Y podr�a haber sido una soluci�n parcial para Libia, aunque para ello Gadaffi exigiera garant�as de no ser procesado posteriormente por alg�n tipo de tribunal internacional. En Yemen es una opci�n que se ha manejado en diversas ocasiones con aceptaciones y renuncias continuas del m�ximo dirigente.
c. Ofrecimiento de reformas. Algunas veces son m�s tangibles y cuantificables (como en Arabia y otros pa�ses del Golfo), otras veces son insignificantes (limitaci�n del poder del l�der, cambios de Gobierno o de Ministros), otras veces no concretadas (en la gran mayor�a de pa�ses), y finalmente prometidas unos d�as y rechazadas otros (caso de Siria).
d. Atrincheramiento en el poder a toda costa.
b) El papel del ej�rcito. Es fundamental en dos aspectos: poder �invitar� al l�der a abandonar el poder y/o el pa�s, y garantizar un proceso de transici�n, que pudiendo ser mejor o peor gestionado, al menos garantiza cierta estabilidad. Ser�a el caso de Egipto.
c) Sistema pol�tico. En principio las monarqu�as se est�n mostrando m�s firmes y resistentes que las rep�blicas. El monarca, adem�s de ser visto en algunos casos como autoridad casi divina, dispone de m�s medios de acci�n, pudiendo sacrificar m�s piezas intermedias.
d) Los sistemas tribales. Asunto de gran trascendencia, y que complica enormemente la posible transici�n en Libia y en Yemen. Puede generar fraccionamientos de los opositores, luchas de poder, venganza frente a otras tribus, etc.
e) La presi�n de Occidente. La actuaci�n que se est� llevando a cabo desde Uni�n Europea, ONU, OTAN, va a determinar el discurrir de la situaci�n de los pr�ximos pa�ses en crisis. Y adem�s va a generar muchos debates sobre los motivos de actuar de determinada en unos pa�ses s� y en otros no. Ello puede afectar internamente a los llamados �aliados� con cuestionamientos sobre su actuaci�n dentro de sus fronteras de forma creciente. El ejemplo actual, a nivel internacional, se presenta en Siria
f) Las capacidades represivas de cada Estado. En equilibrio con el punto anterior, un Estado puede ser m�s represivo con las protestas en funci�n de la reacci�n que pueda esperar de otros pa�ses hacia sus acciones (citaremos el caso de Yemen como �vigilante� de parte de la acci�n de Al Qaeda, y por tanto el inter�s en que persista cierta estructura organizada que garantice dicho fin, o la situaci�n extrema que se comienza a producir en Siria). En esta capacidad represiva ha sido un caso particular y clave la utilizaci�n de mercenarios en Libia.
Para terminar voy a destacar la existencia de otros factores, no clasificados, porque forman parte del todo, y tienen car�cter en muchos casos estrat�gico:
a) La energ�a. Control de petr�leo, gas, uranio, plutonio, etc.
b) Otros recursos. El uso de canales para el transporte (fundamental en el caso de Egipto).
c) Los equilibrios pol�ticos de fuerzas: Arabia Saud�, Ir�n, Egipto, Estados Unidos, Francia, Israel (y en menor medida el resto de pa�ses, cada uno con sus intereses). El juego de actores precisar�a otro estudio independiente, integrado con el de variables.
d) Factores religiosos, aunque no han sido determinantes (en Egipto s� se han producido serios enfrentamientos).
e) Equilibrio entre sunitas y chi�tas. Fundamental. Bahrein, con una minor�a sunita gobernante, y una mayor�a chi�ta opositora, percibe la influencia de Ir�n. Y Arabia Saud� acude al rescate. En Siria, se da exactamente la situaci�n contraria.
3. AN�LISIS DE RIESGOS
Los principales riesgos asociados a la situaci�n actual son los siguientes, algunos ya perceptibles, y otros por despejar:
a) Inmigraci�n. Presi�n desde los pa�ses en crisis hacia Europa (tambi�n hacia T�nez y Egipto, y pa�ses al sur de Libia y T�nez). Por eso la situaci�n de Libia, a quien incumbe sobremanera, adem�s de a Francia, es a Italia, y toda la Uni�n Europea. Pero en funci�n de la evoluci�n futura se puede convertir en un serio problema para el resto, especialmente para Espa�a dada la m�nima distancia que nos separa de Argelia y de Marruecos.
Por otra parte, los efectos en la pol�tica europea est�n siendo importantes. En primer lugar ha producido un enfrentamiento entre Francia e Italia. Francia lleg� a cortar durante unas horas la circulaci�n de trenes procedentes de Italia. El problema radica en el permiso de permanencia temporal que Italia ha dado a los tunecinos llegados hasta el d�a 5 de abril, y vigente hasta octubre. La UE se�ala que esos permisos no autorizan a viajar. Schengen est� en proceso de revisi�n.
En los �ltimos d�as asistimos a otra posible crisis migratoria, con la salida de ciudadanos sirios hacia Turqu�a. Y conocidos son los problemas de inmigraci�n entre Turqu�a y Grecia. Un nuevo problema, otra vez a las puertas de Europa.
b) Radicalizaci�n y terrorismo. No disponemos de grandes novedades con relaci�n a Al Qaeda, o su rama en el Magreb (salvo algunas sospechas), desde nuestro an�lisis de fuentes abiertas.
S� cabe pensar que el desorden beneficia a Al Qaeda, que se mueve con comodidad en estados fallidos e incontrolables. En este sentido la mayor preocupaci�n se genera en Yemen y Libia.
Y tambi�n pensamos que la democracia es un factor perjudicial para Al Qaeda, salvo por el efecto de ira que pueda estar haci�ndoles pensar en la necesidad de un fuerte golpe de efecto, para aparecer como un actor principal y para poder salir de un cierto bache en el que llevan un tiempo atascados, adem�s de vengar la muerte de Bin Laden. Fundamentalmente por la p�rdida de credibilidad ante los ciudadanos de los pa�ses isl�micos, que ven como su aparente liberador causa m�s da�os a la propia poblaci�n que al gran enemigo de Occidente.
En cierto modo, esta crisis puede ser una oportunidad para EEUU, tratando de hacer que los ciudadanos vean al enemigo en sus propios dirigentes, y a sus h�roes en los vendedores de frutas en lugar de en el fallecido Bin Laden.
A todo esto Al Qaeda responde que las revueltas son contra Occidente, y los Gobiernos que se han vendido a Estados Unidos, y quiz�s no le falte algo de raz�n, en base a la firme apuesta occidental por dictadores que garantizaban estabilidad (la democracia era el precio a pagar por el control de la inmigraci�n, y de la radicalizaci�n islamista). As� que la lucha propagand�stica, que hay que ganar frente a Al Qaeda, sigue presente, porque en comunicaci�n hay un principio: las cosas no son como uno las cuenta, sino como la otra parte las entiende.
a. Por tanto, atenci�n a posibles giros en la estrategia de Al Qaeda, efecto adem�s ligado a la designaci�n de sucesor de Bin Laden. El riesgo inmediato podr�a venir, dado el car�cter polimorfo de la amenaza, la estructura radial de AQ, y la descentralizaci�n de sus grupos, por la v�a de atentados suicidas, poco preparados y por lo tanto m�s dif�ciles de detectar en su preparaci�n (e incluso por la v�a de �lobos solitarios�), o por una campa�a de secuestros de occidentales, especialmente en Magreb y Sahel.
b. Seguimiento a la evoluci�n y participaci�n de Al Qaeda en el Magreb Isl�mico, y hacia su tendencia m�s hacia un terrorismo global (quiz�s todav�a no ha dado ese salto, siendo un fen�meno regional) o hacia el crimen organizado. En principio, el atentado en Marraquech del 28 de abril podr�a responder a la necesidad de AQ, especialmente de AQMI, de hacerse presente en la actualidad. A favor de esta interpretaci�n estar�a el pa�s elegido (vendido a Occidente seg�n los radicales), el lugar y v�ctimas (turistas, especialmente franceses). Aunque tambi�n existen elementos en contra de una posible autor�a de Al Qaeda (no utilizaci�n de suicida, presunto autor usuario de mp3, y sobre todo la ausencia de reivindicaci�n).
c) Crimen organizado. A mayor desestabilizaci�n, mayores ser�n las oportunidades para el desarrollo del negocio criminal. Las principales modalidades est�n ligadas al tr�fico de seres humanos (inmigraci�n ilegal, explotaci�n de todo tipo) y al tr�fico de armas debido a las dificultades de control armament�stico.
d) Inestabilidad econ�mica. Aumento de precios de energ�a. Dificultades para salir de la crisis econ�mica mundial. Incremento general de precios. Desequilibrios en balanzas de pagos. Efectos en el turismo. Mercados de futuros especulativos. Incremento de protestas en EEUU y Europa. Inestabilidad financiera. Rescates en Europa.
e) Inestabilidad pol�tica general en las relaciones internacionales. Discrepancias entre pa�ses sobre la forma de actuar. Alianzas para unos casos, y diferencias para otros. Juegos de diplomacia y estrategia. Lucha entre sunitas y chi�tas con futuro incierto, y con posibles cambios de �color� a largo plazo.
f) Cambios de protagonistas m�s formales que de fondo en pa�ses en crisis, para acabar en la misma situaci�n o peor. Egipto podr�a quedar en una situaci�n similar, Libia empeorar la situaci�n de partida, en Bahrein no se percibe cambio, en Siria las previsiones son complejas. Por ello muchos analistas se�alan que no podemos hablar de revoluciones, porque hasta el momento ning�n sistema o r�gimen pol�tico ha cambiado. �nicamente dos l�deres, en T�nez y Egipto, han abandonado su puesto.
1. INTRODUCCI�N
Comenzamos este a�o 2011 con la sorpresa de los sucesos acaecidos en T�nez. Desde entonces, como una especie de domin�, fuimos asistiendo a una continua ca�da de piezas, mientras que otras, tambaleantes, o luchan por afianzarse o est�n irremediablemente condenadas a tocar suelo en un futuro m�s o menos cercano.
Realizar un m�nimo an�lisis de lo que est� sucediendo es una tarea m�s que compleja. Esa complejidad deriva de los siguientes hechos:
1) Rapidez de los acontecimientos.
2) Exceso de informaci�n, pero ausencia de informaci�n sobre el terreno (m�s acusada en pa�ses como Siria).
3) Multitud de actores involucrados. Distinguiremos entre actores principales, los m�s directamente afectados por protestas y revueltas, y otros actores que con sus decisiones y estrategias pueden estar influyendo. Alguno de los actores puede adem�s pertenecer a ambos grupos.
4) Multitud de factores existentes. Podemos pensar que existe un n�cleo com�n de factores que han llevado a esta situaci�n, pero el an�lisis de cada pa�s permite percibir particularidades propias, tan diferentes a las del resto, que hacen imposible generar un modelo explicativo �nico.
Estamos asistiendo a un fen�meno global y viral, con capacidad de infectar y asociarse a otras variables, en funci�n de las peculiaridades de cada pa�s. En Madrid se habla de Islandia y de Marruecos, en Mauritania y Grecia de Madrid, etc. Es en cierto modo un �virus de indignaci�n� que No afecta de igual manera a todos los pa�ses, algunos son m�s o menos inmunes, al igual que por ejemplo el virus de la gripe no se contagia a todas las personas.
- Entre los afectados podemos encontrar distintas graduaciones: protestas, revueltas, represiones, preguerras, guerras (al igual que el virus de la gripe puede producir desde estornudos, a dolor de garganta, fiebre, y hasta fallecimientos).
Se plantea este an�lisis como una visi�n desde el punto de vista de factores y actores. Si tenemos ambos campos adecuadamente determinados, el trabajo se convierte en una monitorizaci�n de cada uno de ellos, que junto a otras t�cnicas de an�lisis (timelines, redes, hip�tesis, escenarios, what if, etc.) pueden ofrecer un acercamiento a la realidad (con la dificultad de recomponer el puzzle, del que posiblemente adem�s no dispongamos de todas las piezas). Y despu�s de esta definici�n es preciso definir los riesgos existentes, con objeto de poder establecer estrategias de acci�n ante los diferentes escenarios resultantes.
2. ANALISIS DE FACTORES
Se entiende por factor un elemento o hecho que contribuye a una situaci�n. Ser�an variables aquellas magnitudes que nos permiten cuantificar cada factor de los que aparecen en la problem�tica a estudiar, algunos muy visibles, perceptibles, y otros m�s ocultos, incluso a veces no considerados.
Llegar a catalogar los diferentes tipos de factores es una ardua tarea, con la dificultad de determinar claramente qu� son factores primarios, y qu� factores son accesorios o colaterales. Sin esta visi�n podemos encontrar an�lisis que sit�an la raz�n de las revueltas en Internet, redes sociales o wikileaks, cuestiones que siendo importantes est�n lejos del origen y causas.
Coincidimos con muchos analistas en determinar una serie de factores principales, que ser�an los siguientes, y no ordenados por su importancia:
a) Gerontocracias. L�deres con mucha antig�edad en el puesto, mayores, y en algunos casos gravemente enfermos, y con sistemas de sucesi�n casi mon�rquicos. Varios de los l�deres afectados por las revueltas han tratado de colocar a sus descendientes en la carrera sucesoria, desde puestos importantes en los aparatos estatales en los que tambi�n fueron colocados a dedo. Cualquier proceso sucesorio genera una lucha de poder, a veces soterrada y otras veces m�s claramente definida. Esta situaci�n afectaba a T�nez, Egipto, y tiene similitudes con Libia, Argelia, Siria y bastantes otros pa�ses.
b) Falta de libertades. Ausencia de democracia. Ausencia de posibilidades de participaci�n ciudadana. Ausencia de derechos pol�ticos, libertad de prensa. Y lo que pudiera ser m�s grave, la violaci�n de derechos humanos.
c) Corrupci�n. La utilizaci�n de cargos p�blicos para lucrarse personalmente, y la hu�da del puesto (quiz�s en el mejor de los casos) saqueando las arcas p�blicas (si el saqueo no se ha realizado ya antes) En este campo es interesante se�alar el papel que han jugado las filtraciones de wikileaks.
d) Desempleo. El c�ctel explosivo se forma por la uni�n de una poblaci�n joven, sin perspectivas y sin empleo, y que a trav�s de medios de comunicaci�n perciben unos estilos de vida mejores en los que podemos llamar �estados de derecho y bienestar�.
e) Pobreza. Amplios colectivos que viven por debajo del umbral de pobreza.
f) Desigualdad. Consecuencia de algunos de los factores anteriores, hay una inexistencia de clases medias en muchos de los pa�ses afectados. La distribuci�n de la renta es excesivamente inequitativa.
g) Precios de los alimentos. Podr�amos se�alar que en muchos casos estamos ante �revueltas del pan�. Las subidas de precios de los cereales han llegado a ser de un 80% en 2010, mientras el paro se duplicaba en muchos pa�ses. Son muchas las causas, que exigir�an un an�lisis independiente, pero entre ellas podemos se�alar el incremento del consumo de los pa�ses emergentes, la utilizaci�n de cultivos para la producci�n de energ�a, el cambio clim�tico, y la tremenda especulaci�n de precios en los mercados de futuros.
h) Incremento de precios en general, de materias primas, de energ�a, etc.
Y algunos analistas se�alan que el papel de Occidente y su apoyo a los sistemas democr�ticos (estrategias de seguridad nacional de EEUU, discurso hist�rico del Presidente Obama en El Cairo) pueden tambi�n ser una causa principal. En principio, y pendiente de un an�lisis m�s profundo, creo que es un factor adicional, pero no principal (no es end�geno, y lo que mueve a las masas es lo que viven en el d�a a d�a).
En segundo lugar destacar�a el papel de una serie de factores desencadenantes. Son todos aquellos que, sobre la base de un caldo de cultivo ya existente, provocan el desbordamiento del agua del vaso. Por ello no conviene que sean confundidos con los factores b�sicos. Destacan:
a) Hechos puntuales incontrolables, como la inmolaci�n del vendedor de fruta de T�nez, que se convierte en un h�roe y s�mbolo de toda una revoluci�n, que adem�s, dado el car�cter rom�ntico de las revoluciones, denominamos la Revoluci�n de los Jazmines. Que algo as� pudiera pasar no ser�a descartable dada la situaci�n general y los factores primarios que se daban en esos pa�ses. Quiz�s la sorpresa vino por su origen en T�nez. Hay que considerar otros efectos simb�licos importantes, como los blogueros de Egipto, con un trabajo intens�simo en los �ltimos a�os, sobre todo desde 2008, alguno de los cuales tambi�n ha llegado a ser un s�mbolo. Y es que toda revoluci�n precisa un h�roe, un s�mbolo. Sin extenderme en esta cuesti�n, s� se�alar que se trata de naturaleza humana en estado puro, dos hemisferios cerebrales, uno de los cuales, el m�s l�gico y racional, hace percibir a los ciudadanos que las cosas no van bien. El otro hemisferio, m�s emocional y creativo, es el que pone motor a la acci�n. La activaci�n del hemisferio emocional se logra con impactos sensitivos, im�genes, banderas, sue�os de libertad, ilusiones colectivas.
b) Factores demogr�ficos, fundamentalmente la juventud de la poblaci�n, aunque por ejemplo en Georgia las protestas se han denominado �Revoluci�n de la Plata�, en referencia a las canas de un amplio colectivo de participantes mayores de cincuenta a�os.
c) Movilizaciones. Son los diferentes procesos de persuasi�n e influencia que pueden darse, un nexo entre el mundo del deseo o el virtual y la salida a la calle. Es tremenda la importancia del viernes en las culturas se�aladas, como d�a de rezo. La mayor�a de protestas se organizan a la salida de las mezquitas. Y para m�s �nfasis se las dota de un titular. Inicialmente era el �d�a de la ira�, posteriormente hemos asistido a �d�a de la dignidad� en Siria, y a un fracaso en cuanto al objetivo final, de momento, �d�a de la despedida� en Yemen. Y cada viernes el t�tulo del d�a es novedoso. En Marruecos el d�a clave es el domingo.
En tercer lugar destaco una serie de factores que sin ser causales, ni suponer tampoco un desencadenante, contribuyen a que la revuelta se propague. Son los denominados �factores de ayuda�:
a) Efecto contagio. Es b�sico. Si los ciudadanos de un pa�s perciben que sus vecinos han podido hacer aquello que desean pero no se atreven, disponen inmediatamente de un incentivo para la acci�n. Esta es una de las causas por las que se puede estar siguiendo una cierta pauta, y hasta que no acaba de aclararse la situaci�n de un pa�s no se desencadena totalmente la crisis en el siguiente. El ejemplo lo aporta Libia, cuya situaci�n incierta posiblemente ha influido en paralizar procesos en otros pa�ses. En el efecto contagio influyen los factores de ayuda relativos a los procesos de comunicaci�n.
b) Internet y redes sociales. Sirven para movilizar, pero no hasta el punto de protagonismo que se le ha otorgado. Por ejemplo, en Egipto, hay que pensar en c�mo ha circulado la informaci�n boca a boca, ciudadano a ciudadano, y la posible utilizaci�n de las redes de acci�n social de los Hermanos Musulmanes, organizados como pocos otros poderes existentes en estos pa�ses.
c) Wikileaks. Efecto similar, incrementa la ira al percibir el ciudadano la corrupci�n y las formas de actuar de las c�pulas dirigentes.
d) Medios de comunicaci�n. Centrar el foco en Internet ha generado no prestar la atenci�n que merece el papel de los medios de comunicaci�n. La informaci�n contribuye a conocer lo que est� pasando y, en base a ella, anima o desanima al ciudadano a actuar. Al Jazzera se consolida como medio de comunicaci�n de referencia. Planteada la situaci�n, crisis, protesta, conflicto, revuelta (la denominaci�n puede tener su importancia, pero ser�a cuesti�n de an�lisis en otro lugar), cabe analizar qu� factores influyen en la posible soluci�n. Son los denominados factores de salida:
a) El comportamiento del l�der. Asistimos a todas las versiones posibles:
a. Salida m�s o menos inmediata (T�nez). Buena soluci�n en principio, salvo por la determinaci�n del r�gimen sucesorio, que en muchos casos pertenecen al mismo aparato pol�tico anterior.
b. Salida tras cierto grado de presi�n interna (miembros del Gobierno, diplom�ticos, ej�rcito) o externa. Ser�a el caso de Egipto. Y podr�a haber sido una soluci�n parcial para Libia, aunque para ello Gadaffi exigiera garant�as de no ser procesado posteriormente por alg�n tipo de tribunal internacional. En Yemen es una opci�n que se ha manejado en diversas ocasiones con aceptaciones y renuncias continuas del m�ximo dirigente.
c. Ofrecimiento de reformas. Algunas veces son m�s tangibles y cuantificables (como en Arabia y otros pa�ses del Golfo), otras veces son insignificantes (limitaci�n del poder del l�der, cambios de Gobierno o de Ministros), otras veces no concretadas (en la gran mayor�a de pa�ses), y finalmente prometidas unos d�as y rechazadas otros (caso de Siria).
d. Atrincheramiento en el poder a toda costa.
b) El papel del ej�rcito. Es fundamental en dos aspectos: poder �invitar� al l�der a abandonar el poder y/o el pa�s, y garantizar un proceso de transici�n, que pudiendo ser mejor o peor gestionado, al menos garantiza cierta estabilidad. Ser�a el caso de Egipto.
c) Sistema pol�tico. En principio las monarqu�as se est�n mostrando m�s firmes y resistentes que las rep�blicas. El monarca, adem�s de ser visto en algunos casos como autoridad casi divina, dispone de m�s medios de acci�n, pudiendo sacrificar m�s piezas intermedias.
d) Los sistemas tribales. Asunto de gran trascendencia, y que complica enormemente la posible transici�n en Libia y en Yemen. Puede generar fraccionamientos de los opositores, luchas de poder, venganza frente a otras tribus, etc.
e) La presi�n de Occidente. La actuaci�n que se est� llevando a cabo desde Uni�n Europea, ONU, OTAN, va a determinar el discurrir de la situaci�n de los pr�ximos pa�ses en crisis. Y adem�s va a generar muchos debates sobre los motivos de actuar de determinada en unos pa�ses s� y en otros no. Ello puede afectar internamente a los llamados �aliados� con cuestionamientos sobre su actuaci�n dentro de sus fronteras de forma creciente. El ejemplo actual, a nivel internacional, se presenta en Siria
f) Las capacidades represivas de cada Estado. En equilibrio con el punto anterior, un Estado puede ser m�s represivo con las protestas en funci�n de la reacci�n que pueda esperar de otros pa�ses hacia sus acciones (citaremos el caso de Yemen como �vigilante� de parte de la acci�n de Al Qaeda, y por tanto el inter�s en que persista cierta estructura organizada que garantice dicho fin, o la situaci�n extrema que se comienza a producir en Siria). En esta capacidad represiva ha sido un caso particular y clave la utilizaci�n de mercenarios en Libia.
Para terminar voy a destacar la existencia de otros factores, no clasificados, porque forman parte del todo, y tienen car�cter en muchos casos estrat�gico:
a) La energ�a. Control de petr�leo, gas, uranio, plutonio, etc.
b) Otros recursos. El uso de canales para el transporte (fundamental en el caso de Egipto).
c) Los equilibrios pol�ticos de fuerzas: Arabia Saud�, Ir�n, Egipto, Estados Unidos, Francia, Israel (y en menor medida el resto de pa�ses, cada uno con sus intereses). El juego de actores precisar�a otro estudio independiente, integrado con el de variables.
d) Factores religiosos, aunque no han sido determinantes (en Egipto s� se han producido serios enfrentamientos).
e) Equilibrio entre sunitas y chi�tas. Fundamental. Bahrein, con una minor�a sunita gobernante, y una mayor�a chi�ta opositora, percibe la influencia de Ir�n. Y Arabia Saud� acude al rescate. En Siria, se da exactamente la situaci�n contraria.
3. AN�LISIS DE RIESGOS
Los principales riesgos asociados a la situaci�n actual son los siguientes, algunos ya perceptibles, y otros por despejar:
a) Inmigraci�n. Presi�n desde los pa�ses en crisis hacia Europa (tambi�n hacia T�nez y Egipto, y pa�ses al sur de Libia y T�nez). Por eso la situaci�n de Libia, a quien incumbe sobremanera, adem�s de a Francia, es a Italia, y toda la Uni�n Europea. Pero en funci�n de la evoluci�n futura se puede convertir en un serio problema para el resto, especialmente para Espa�a dada la m�nima distancia que nos separa de Argelia y de Marruecos.
Por otra parte, los efectos en la pol�tica europea est�n siendo importantes. En primer lugar ha producido un enfrentamiento entre Francia e Italia. Francia lleg� a cortar durante unas horas la circulaci�n de trenes procedentes de Italia. El problema radica en el permiso de permanencia temporal que Italia ha dado a los tunecinos llegados hasta el d�a 5 de abril, y vigente hasta octubre. La UE se�ala que esos permisos no autorizan a viajar. Schengen est� en proceso de revisi�n.
En los �ltimos d�as asistimos a otra posible crisis migratoria, con la salida de ciudadanos sirios hacia Turqu�a. Y conocidos son los problemas de inmigraci�n entre Turqu�a y Grecia. Un nuevo problema, otra vez a las puertas de Europa.
b) Radicalizaci�n y terrorismo. No disponemos de grandes novedades con relaci�n a Al Qaeda, o su rama en el Magreb (salvo algunas sospechas), desde nuestro an�lisis de fuentes abiertas.
S� cabe pensar que el desorden beneficia a Al Qaeda, que se mueve con comodidad en estados fallidos e incontrolables. En este sentido la mayor preocupaci�n se genera en Yemen y Libia.
Y tambi�n pensamos que la democracia es un factor perjudicial para Al Qaeda, salvo por el efecto de ira que pueda estar haci�ndoles pensar en la necesidad de un fuerte golpe de efecto, para aparecer como un actor principal y para poder salir de un cierto bache en el que llevan un tiempo atascados, adem�s de vengar la muerte de Bin Laden. Fundamentalmente por la p�rdida de credibilidad ante los ciudadanos de los pa�ses isl�micos, que ven como su aparente liberador causa m�s da�os a la propia poblaci�n que al gran enemigo de Occidente.
En cierto modo, esta crisis puede ser una oportunidad para EEUU, tratando de hacer que los ciudadanos vean al enemigo en sus propios dirigentes, y a sus h�roes en los vendedores de frutas en lugar de en el fallecido Bin Laden.
A todo esto Al Qaeda responde que las revueltas son contra Occidente, y los Gobiernos que se han vendido a Estados Unidos, y quiz�s no le falte algo de raz�n, en base a la firme apuesta occidental por dictadores que garantizaban estabilidad (la democracia era el precio a pagar por el control de la inmigraci�n, y de la radicalizaci�n islamista). As� que la lucha propagand�stica, que hay que ganar frente a Al Qaeda, sigue presente, porque en comunicaci�n hay un principio: las cosas no son como uno las cuenta, sino como la otra parte las entiende.
a. Por tanto, atenci�n a posibles giros en la estrategia de Al Qaeda, efecto adem�s ligado a la designaci�n de sucesor de Bin Laden. El riesgo inmediato podr�a venir, dado el car�cter polimorfo de la amenaza, la estructura radial de AQ, y la descentralizaci�n de sus grupos, por la v�a de atentados suicidas, poco preparados y por lo tanto m�s dif�ciles de detectar en su preparaci�n (e incluso por la v�a de �lobos solitarios�), o por una campa�a de secuestros de occidentales, especialmente en Magreb y Sahel.
b. Seguimiento a la evoluci�n y participaci�n de Al Qaeda en el Magreb Isl�mico, y hacia su tendencia m�s hacia un terrorismo global (quiz�s todav�a no ha dado ese salto, siendo un fen�meno regional) o hacia el crimen organizado. En principio, el atentado en Marraquech del 28 de abril podr�a responder a la necesidad de AQ, especialmente de AQMI, de hacerse presente en la actualidad. A favor de esta interpretaci�n estar�a el pa�s elegido (vendido a Occidente seg�n los radicales), el lugar y v�ctimas (turistas, especialmente franceses). Aunque tambi�n existen elementos en contra de una posible autor�a de Al Qaeda (no utilizaci�n de suicida, presunto autor usuario de mp3, y sobre todo la ausencia de reivindicaci�n).
c) Crimen organizado. A mayor desestabilizaci�n, mayores ser�n las oportunidades para el desarrollo del negocio criminal. Las principales modalidades est�n ligadas al tr�fico de seres humanos (inmigraci�n ilegal, explotaci�n de todo tipo) y al tr�fico de armas debido a las dificultades de control armament�stico.
d) Inestabilidad econ�mica. Aumento de precios de energ�a. Dificultades para salir de la crisis econ�mica mundial. Incremento general de precios. Desequilibrios en balanzas de pagos. Efectos en el turismo. Mercados de futuros especulativos. Incremento de protestas en EEUU y Europa. Inestabilidad financiera. Rescates en Europa.
e) Inestabilidad pol�tica general en las relaciones internacionales. Discrepancias entre pa�ses sobre la forma de actuar. Alianzas para unos casos, y diferencias para otros. Juegos de diplomacia y estrategia. Lucha entre sunitas y chi�tas con futuro incierto, y con posibles cambios de �color� a largo plazo.
f) Cambios de protagonistas m�s formales que de fondo en pa�ses en crisis, para acabar en la misma situaci�n o peor. Egipto podr�a quedar en una situaci�n similar, Libia empeorar la situaci�n de partida, en Bahrein no se percibe cambio, en Siria las previsiones son complejas. Por ello muchos analistas se�alan que no podemos hablar de revoluciones, porque hasta el momento ning�n sistema o r�gimen pol�tico ha cambiado. �nicamente dos l�deres, en T�nez y Egipto, han abandonado su puesto.
Pa�s
Espa�a
Archivos
Colección
Citación
Jos� Mar�a Blanco Navarro, Jefe del Centro de An�lisis y Prospectiva de la Guardia Civil, “Primavera �rabe. Protestas y revueltas. An�lisis de factores ,” Repositorio HISREDUC, consulta 13 de diciembre de 2025, http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/4441.
