El puente

Título

El puente

Fecha

1977

Descripción

El empleado de un taller decide aprovechar un puente vacacional para ir a Torremolinos con el fin de divertirse y conquistar turistas extranjeras.
Valor didáctico. Muy alto, al reflejar de forma acertada el ambiente español al inicio de la transición. Los diálogos son ágiles, la estética está cuidada y no aburre en ningún momento. La obra tiene algo de panfletaria, algo en cierto modo lógico por la militancia comunista del director, pues todos los personajes ricos o de derechas aparecen con actitudes negativas: los inconscientes del coche, los de la lancha que le llaman muerto de hambre, el señor del ABC, un jefe que vocea a los empleados…. mientras que los progresistas le recogen cuando hace autostop, le convidan a porros y tabaco, le arreglan la moto… Útil para abrir un debate sobre formas de toma de conciencia.
Vemos el movimiento obrero, con los enlaces sindicales del taller. Juan al inicio no les hace caso, cuando le invitan a ir en domingo a la asamblea en una parroquia (lugar habitual en esos años) para tratar sobre el convenio y una posible convocatoria de huelga. Le dicen, al igual que luego los actores, que es necesario comprometerse, actuar en grupo. De momento él pasa del tema, para no perder el puente, ya que él trabaja mucho pero los días libres se olvida de todo. Después llega a decirse tu tranquilo, a ganar dinero y batir el record de zumbar tías, que pase lo que pase tendrás que trabajar igual. La toma de conciencia de un obrero aparece también bien retratada en La clase obrera va al paraíso (1971), de Elio Petri. En la cárcel de Ocaña encuentra a una esposa y a una madre que tienen dentro a un preso desde 1971 por motivo de una huelga obrera en Euskadi. La amnistía sólo le ha supuesto una reducción de condena. Tienen que desplazarse periódicamente si quieren disfrutar de los escasos 30 minutos de locutorio. Lo cierto es que en 1977, por lo visto después de la película, el gobierno Suárez decretó otra amnistía más amplia que la de Arias Navarro, tan amplia que hasta sacó de la cárcel a todos los presos etarras. Se ve la difícil situación del campo español, con trabajos de sol a sol o, si no, paro de los jornaleros con trabajos escasos que solo dan a los sumisos que nunca se quejan. En el sur aún peor, 9 meses sin trabajo cada año. Se supone que hay un subsidio de paro, pero ni saben de su existencia. Además ya no queda la salida de emigrar a Alemania, al terminarse los cupos y no hacer falta ya mano de obra (tras la crisis del 73). Se trata el tema de la emigración. Ve como sus amigos que emigraron a la RFA vuelven solo en los veranos, a ver a la familia del pueblo y sólo en esas fechas, porque España se les aparece como un país aun muy atrasado, donde no hay corriente en las casas de los pueblos ni para enchufar la maquinilla de afeitar. Mandan dinero a sus familias periódicamente, y reprochan a Juan que no vaya a ver a su madre al pueblo, que la tiene muy abandonada. Ve que vienen con un Mercedes, mientras él se desplaza en moto. Dice que en España no se está tan mal y les miente diciendo que tienen una tienda al lado de la de Ángel Nieto, pero en su fuero interno empieza a dudar de lo positivo de su decisión de permanecer en España. A su vez, vemos como un país de emigrantes empieza a ser xenófobo, como es el camarero de la estación de servicio con el argelino retornado de Francia que busca trabajo en España (donde por otra parte tampoco lo hay). Para el tema de la emigración es también interesante Un franco 14 pesetas (2006). También hay una evolución del landismo, con la referencia de Vente pa’Alemania Pepe (1971). El grupo de actores itinerantes ve como el alcalde les suspende la función, en la que criticaban que en la transición todo ha cambiado para que todo siga igual, como sabe bien hacer la CÍA, y que incluso hay ultraderecha que ni ese mínimo cambio quiere. Acaban detenidos, y el secretario libera al Juan finalmente porque sólo es un espectador. Tras una discursión en que le critican su falta de compromiso llamándole enemigo y desclasado, la despedida es finalmente cordial. Los hippies le invitan a porros, le hablan de lo mal que está la discriminación racial y las guerras de Corea y Vietnam... pero en inglés, con lo cual él no se entera. Logra mantener relaciones sexuales con una hippie rubia, tras romperse ella el vestido accidentalmente. A la mañana siguiente ya se han ido. Aparece un inventor, con una rueda móvil que dejaría a Juan sin trabajo, con loo que la discursión se hace unevitalbe. El futuro del invento es más que dudoso. Son frecuentes los monólogos interiores, algo normal en gente que pasa mucho tiempo sola. Sus compañeros no se creen sus conquistas sexuales – en España es bien acertada la expresión “comer una y contar 20”, porque ya es un viejo, lo mismo que piensa la chica que le da plantón, para irse con gente más joven y pudiente, y las guiris de la salida de Madrid. En algunos momentos él piensa en sentar la cabeza, y casarse con una mujer como la Isabel que conoce en Ocaña. En la película se critican las costumbres atávicas de la vida, rural, con la figura del torero miedoso acosado por los lugareños que le obligan a torear o si no le agreden. Se retratan con frases como “cada uno a lo suyo, no haga usted de Quijote” o “aquí nos gustan los toros, el vino fuerte y las mujeres con carnes” Al final llega tarde a un Torremolinos ya desierto, que por otra parte por entonces ya estaba bastante decadente, lleno de jubilados, como decían los conductores temerarios. Regresa a Madrid y tras herirse en una mano mientras trabajaba, va al wc a lavarse la herida, y tras mirarse al espejo, y tras la experiencia vivida, que antes ha vuelto a aparecer en flashbacks, se une a los enlaces sindicales que antes despreciaba. Películas relacionadas. Juan, interpretado por Alfredo Landa, adquiere en su viaje iniciático conciencia social. Se pasa así del landismo, cine en el que solo había enredos y preocupación por liarse con turistas extranjeras, con Landa en Manolo la Nuit (1973), de Marino Ozores, como película más representativa, al compromiso político. Este actor también reconduciría su carrera con títulos de registro distinto como Los santos inocentes (1984), de Mario Camus, y El crack (1981), de José Luis Garci. Si Siete días de enero (1979), también de Bardem, es tal vez la mejor política sobre la política en la transición, El puente puede ser la mejor en cuanto a retrato social. Muchas de las situaciones pueden verse en el documental Después de… (1983), como son el paro, la precariedad de la vida campesina, la censura aún existente… Algunos consideran la película un Easy rider a la española, por lo que tiene de road movie. Juan se desplaza en La poderosa, una moto Montesa Impala. La película a Vivan los novios (1970), de Berlanga, también supone una reinterpretación del tema de la españolada, con un hombre maduro en la costa al que prácticamente obligan a casarse, cuando realmente está enamorado de una extranjera turista.

Director

Juan Antonio Bardem

Reparto

Alfredo Landa, Mara Vila, Miguel Ángel Aristu, Julián Navarro, Eduardo Bea

Género

Comedia dramática. Road movie

Duración

108 min.

País

España

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Colección

Citación

“El puente ,” Repositorio HISREDUC, consulta 3 de mayo de 2024, https://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/2393.