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La China que marca tendencia
Título
La China que marca tendencia
Autor
Carles Mercader
Fecha
06/09/2013
Fuente
La Vanguardia
Descripción
Artículo muy recomendable que analiza las nuevas tendencias culturales que surgen en China y tienen presencia alrededor del mundo.
Texto original
"En Pekín todo va muy rápido”. Seguro que el taxista no se refiere al tráfico, porque el atasco le permite practicar su escaso inglés y atender los mensajes del teléfono móvil. “Todo cambia a la velocidad del rayo”, precisa Su, artista plástico. “Pekín es una locura, puedes volver al cabo de medio año y encontrar una ciudad distinta”, apunta la modelo Michelle Wang. Pekín es el centro del mundo, coinciden casi todos.
La preeminencia económica actual de China devuelve el país a la centralidad. Zhong Guo, el reino del centro, así se autodenomina esta inmensa nación asiática. Y, a pesar de su fama de meros copiadores, el país esconde una realidad mucho más compleja que no se limita
a la falsificación y a la fabricación barata de productos occidentales.
En el 2012, China ocupó el tercer lugar de los países del mundo con más patentes registradas, y esta capacidad creativa, vinculada a la innovación, también se está produciendo en el ámbito artístico. Todos los indicadores económicos y todos los caminos llevan a Pekín; en chino mandarín: Beijing, es decir, Capital del Norte.
“Quiero comprarme un Mercedes”, suelta Wang, un joven informático que estudió en Oxford y ahora trabaja en Sanlitun. “Necesito el coche para marcar mi estatus y prosperar”, prosigue.
El desarrollo que ha experimentado China bajo la convivencia extraña de un sistema político comunista y un sistema económico capitalista ha supuesto la mejora de la calidad de vida de una gran parte de la población y una cierta apertura social y cultural.
Este crecimiento económico sostenido ha propiciado la aparición de una pequeña clase media vinculada al entorno urbano. Un nuevo sector de población, en plena expansión y con un gran potencial de consumo, que empieza a demandar nuevos usos y costumbres sociales.
El consumismo compulsivo forma parte del paisaje habitual de Pekín. La ciudad es una gran tienda abierta 24 horas, y entre los caracteres chinos se pueden ver los conocidos anuncios de empresas americanas como Starbucks y McDonald’s o la japonesa Family Mart. Los centros comerciales más grandes del mundo se encuentran en China, y comprar en estas moles de varios pisos llena el tiempo de ocio de muchos pekineses. El gran sueño chino no difiere mucho del gran sueño americano.
“Me encantaría visitar Tokio”, dice Pupi. La cantante del grupo Da Bang es una chica atractiva e imponente que dejó Cantón para probar fortuna en Pekín. Al poco de llegar a la ciudad, se tatuó en el cuello la palabra “endure” (resistencia) y se ha convertido en su indeleble carta de presentación. “He visto hace poco Enter the Void –continúa refiriéndose al largometraje de culto filmado por Gaspar Noe y que transcurre en la ciudad nipona–. Me he enamorado de la película y de la ciudad”.
Pekín es una ciudad cosmopolita y culta. Basta con pasearse por la sección de novela extranjera de las grandes librerías para ver la profusión de títulos vertidos al chino. Entre las traducciones del español, se pueden encontrar Belver Yin de Jesús Ferrero y Los detectives salvajes de Roberto Bolaño.
La China de Mao estuvo ensimismada y prácticamente aislada del mundo. La expansión de internet ha supuesto para el país su entrada directa en la era de la globalización. A pesar de la férrea censura que el Gobiernocomunista mantiene en la red, la sociedad china dispone de un vasto canal de información que le permite estar al día de las modas y las tendencias culturales que tienen lugar en todo el mundo.
Como apunta el reconocido sinólogo y poeta Manel Ollé: “Lo relevante de la red china no es la censura, sino todo lo que ocurre a pesar de ella”. “Es fácil saltarse el bloqueo que el partido comunista mantiene sobre Facebook –confiesa un cliente del café Alba, cerca de Nan Gulou–, pero prefiero usar el Weibo”.
Con más de 250 millones de usuarios, Sina Weibo es una de las redes sociales de más éxito en China. Muy similar al Twitter, permite insertar fotos y vídeos sin necesidad de un enlace a una web externa.
Destinada al intercambio de contenidos culturales, Douban es otra red social china muy importante para estar al día de las últimas novedades. Abierta en el año 2005, cuenta con 30 millones de usuarios. Esquivar la censura, a veces, no requiere mucha habilidad. La relajación que China mantiene sobre los derechos de autor ha acabado por beneficiar a los consumidores más inquietos y ávidos de información. La piratería de productos culturales y la descarga libre de archivos han supuesto la amplia difusión de películas y músicas prohibidas o de difícil distribución en el país.
El famoso director de cine Jia Zhangke cuenta en sus entrevistas que mientras sus películas estaban vetadas por el Gobierno comunista, era normal encontrar sus copias piratas en los establecimientos de muchas ciudades.
“Me gusta que el público me lance cigarrillos al escenario cuando toco esta canción”, dice Shouwang, miembro del grupo Carsick Cars (coches mareados). Se refiere a una de sus canciones más famosas y que se convirtió en banda sonora de la ciudad: Zhong Nan Hai . Con una letra aparentemente trivial, habla de una famosa marca de tabaco china –“si fumas, fuma sólo Zhongnanhai; no puedo vivir sin Zhongnanhai”–, pero en realidad alude, en una crítica velada, al complejo de edificios conocido como Zhong nan hai, sede del Gobierno comunista chino.
Uno de los aspectos más deslumbrantes del actual Pekín es la vitalidad de su escena musical. La música indie pekinesa está en plena ebullición, y entre la inmensidad de grupos que se hacen y deshacen constantemente están surgiendo propuestas de gran calidad.
La prensa internacional ha señalado Pekín y su creatividad musical como el nuevo Seattle del siglo XXI, en referencia al esplendor que la ciudad norteamericana vivió con Nirvana, Pearl Jam y Soundgarden. Es posible acudir cada noche a un concierto de música en directo y escuchar a los flamantes PK14, los más rockeros The Gar, la electrónica de Snapline y los experimentos vanguardistas Soviet Pop, entre otros grupos.
Shouwang, el joven cantante de los Carsick Cars, es un genio despistado y tímido que se esconde tras su flequillo de niño bueno. Con 27 años, es de los pocos músicos que han conseguido profesionalizarse y mantener dos bandas en paralelo. También es miembro fundador del grupo White+, que tocó en el Festival Sónar de Barcelona en el 2007.
“Mis padres están disgustados por el hecho de que me dedique a la música”, confiesa Li Yang, cantante del grupo punk Demerit. Guapo y de musculatura fibrosa, no puede evitar cierta mirada melancólica. En su camiseta luce el lema: “El punk no ha muerto”. Beijing is Not My Home (Pekín no es mi casa) es una canción que condensa el desencanto y el malestar de una juventud que no se identifica con el individualismo imperante de la nueva sociedad china que sólo busca el ascenso social y el fácil enriquecimiento.
La política de hijo único promovida por el Estado ha auspiciado la aparición de una juventud muy mimada sobre la que recaen también todos los anhelos y las frustraciones de los padres. En una sociedad sin coberturas económicas tras la jubilación, el bienestar en la vejez depende del éxito económico del hijo.
La presión por triunfar y posicionarse socialmente que recibe un joven chino es muy superior a la que puede recibir un joven en un país occidental. Una decisión tan personal como elegir una carrera profesional puede ser vista como una traición a las obligaciones familiares.
Charles Saliba entorna los ojos con aire ausente mientras habla. Este anglomalagueño quedó fascinado por la energía que desprende la ciudad: “La primera noche que pasé en Pekín fui a un concierto de las Hang on the Box y decidí que este era mi lugar”. Pronto buscó un socio (Michael Pettis) y montó el emblemático local D-22, donde invitaba a actuar a las bandas que eran de su agrado. Saliba es puro entusiasmo y entrega: “La música de Xiao He es de lo mejor que podrás escuchar nunca”. En la actualidad, también dirige la discográfica Maybe Mars, que se encarga de editar los principales grupos chinos de música independiente. “La producción china es más original porque estos músicos han entrado de golpe en la historia del rock. No tienen nuestros prejuicios generacionales”, dice.
“El mundo de la moda está experimentando grandes cambios. China empieza a ofrecer un diseño de calidad para unos nuevos consumidores de élite acostumbrados a vestir marcas de lujo extranjeras”. La diseñadora de ropa franco-valenciana Paloma Bouteleux sabe muy bien de lo que habla, ha participado en la Beijing Fashion Week, donde presentó su línea de ropa Mira Mira. Lleva tiempo instalada en Pekín y ha sido directora de moda para la revista china ILOOK.
La joven diseñadora Vega Zaishi Wang no esconde las dificultades de llevar adelante su propia marca de ropa. “No todo es glamur. Se trata de una industria y un mercado incipientes. Los jóvenes podemos ofrecer lo mejor de Oriente y Occidente en nuestros diseños”, señala.
La importación de modas juveniles foráneas se hace evidente en la vestimenta de los jóvenes que pasean por el conocido distrito del arte 798. Es la zona más moderna y cool de la ciudad. Su nombre se debe a una antigua fábrica abandonada: la Factory 798, que años atrás fue ocupada por la bohemia artística de la ciudad. En la actualidad, el barrio acoge boutiques de moda, cafeterías fashion y pomposas galerías
de arte y ha acabado por convertirse en un parque temático para consumo de turistas maravillados.
“El precio de los alquileres ha desplazado a la comunidad artística hacia zonas más baratas. Lugares como Caochangdi, a las afueras de la ciudad”, explica Su, pintora que todavía vive en la zona.
El nuevo poder económico de China ha conllevado la inflación del arte chino más allá de su calidad. Una sobrevaloración favorecida por el propio Gobierno comunista, que se sirve de la plataforma del arte para darse tintes de modernidad. “He encontrado mucho respeto hacia mi obra”, comenta Diana Coca, una fotógrafa y artista multimedia mallorquina instalada en la peculiar comunidad artística de IOWA, unos antiguos invernaderos que dan cobijo a varias familias de artistas chinos –tienen aquí su estudio y vivienda–. “A un tiro de piedra se encuentra la casa de Ai Weiwei, el famoso artista disidente”, señala con el dedo una construcción mucho más lujosa.
“Los chinos somos una panda de borregos –asevera críticamente un escultor– . Tenemos prohibida cualquier manifestación de protesta y nos lanzamos a la calle para defender a nuestro Gobierno en contra de Japón”.“La policía ha promovido las manifestaciones y los ataques”, añade su amigo poeta.
Parece que el conflicto chino-japonés por la disputa territorial de las islas Diaoyu o islas Senkaku, que llevó a miles de manifestantes chinos a boicotear empresas e intereses japoneses, se ha enfriado por el momento. Las banderas de la República Popular China ondean colgadas en muchas calles de la ciudad.
El patriotismo chino sirve para encender los ánimos de la población contra el perpetuo enemigo japonés y olvidar la falta de libertades y las desigualdades sociales que vive el país.
El matrimonio y pareja artística que firma como INRI-Rong Rong(japonesa ella, chino él), ajenos ambos a la polémica, está empecinado en levantar puentes de diálogo que cierren las heridas del pasado. Han cofundado junto a su amigo Ai Weiwei el espléndido Three Shadows Photography Art Centre en el barrio de Caochangdi.
Entre sus objetivos está el dar a conocer al público chino la rica tradición fotográfica japonesa, “nombres imprescindibles como Araki o Daido Moriyama”, subrayan.
Emi Namihira, batería japonesa y miembro del grupo musical chino Ourself Beside Me, reprocha también que se alimente el conflicto japonés. Pekín ofrece múltiples caras, y una de ellas muestra a esta juventud de espíritu rebelde y crítico. Sean artistas o simples paseantes.
Un nuevo sector social, privilegiado y minoritario, se abre al mundo con muchas cosas que ofrecer. Desde los ámbitos de la cultura y la creación china surge una nueva voz que trasciende los estrechos límites de las fronteras y habla al mundo.
Archivos
Citación
Carles Mercader, “La China que marca tendencia,” Repositorio HISREDUC, consulta 22 de diciembre de 2024, http://repositorio.historiarecienteenlaeducacion.com/items/show/5042.